Publicidad

La hidra del populismo

Compartir esta noticia

Nuestro combativo Pit-Cnt, tan proclive a adjudicar al “Imperio” el origen de todos los males, se mantiene en silencio ante el surgimiento desde el Norte de un socio que apuesta al proteccionismo.

El populismo aparece con varias cabezas como la Hidra de Lerna. En varias partes del mundo muestra un hilo conductor común basado en el supuesto de que pocos miembros de la sociedad están bien y que la mayoría la pasa cada vez peor. Actualmente, se identifica con una disconformidad frente al sistema, más precisamente contra los dirigentes políticos que tienen a su cargo la conducción de sus países. Aun con sus complejidades, expresa la protesta popular a partir de un nacionalismo defensivo, un rechazo a las corrientes migratorias y un sentimiento antipolítico capaz de afectar la credibilidad de las instituciones.

La coincidencia entre ideas y personas tan diferentes son la expresión de la sociedad actual que admite la coexistencia de planteos vistos antes como contrapuestos. El Papa se afirma en generalizaciones. Rusia acompaña a la OTAN en el combate contra el terrorismo del Estado Islámico pero también respalda al gobierno de Siria y retiene Ucrania por la fuerza. Turquía, Irak y Somalia sufren terribles atentados terroristas mientras Israel se resiste al acuerdo sobre inspección nuclear con Irán e insiste en avanzar con los asentamientos declarados ilegales. Trump ve a China como una amenaza para la producción de su mercado y abandona negociaciones orientadas a una mayor apertura comercial.

Por otro lado, el locuaz nuevo presidente del "Imperio" pone en marcha su proyecto populista. El mercado se cierra para proteger la industria americana, el muro en la frontera con México se construye y los mexicanos legales que trabajan en los Estados Unidos, como los inmigrantes radicados en el Reino Uni-do que votaron a favor del Brexit, apo-yan las medidas para no verse expuestos a la competencia desleal de sus compatriotas.

El multilateralismo y los acuerdos regionales se debilitan. El proteccionismo parece ser la respuesta, a tal punto que nuestro combativo Pit-Cnt, tan proclive a adjudicar al "Imperio" el origen de todos los males, se mantiene en silencio ante el surgimiento desde el Norte de un socio que replantea un modelo de sustitución de importaciones como respuesta a la apertura económica y comercial impulsada por China gobernada por el Partido Comunista.

El gobierno americano anuncia su retiro del Tratado Transpacífico y simultáneamente India, Rusia y China firman el Acuerdo de Shanghai que involucra aspectos de cooperación en temas clave para la Defensa y la Seguridad colectiva.

Llevado al ámbito global predominan las alianzas estratégicas puntuales. Putin y otros tantos líderes celebraron la victoria de Trump, las primaveras árabes derivaron en un caos. Europa cruje ante la crisis de un modelo de integración que parecía consolidado. Nos encontramos dice Pérez Reverte ante "una Europa donde las elites intelectuales desaparecen, sofocadas por la mediocridad, y políticos analfabetos y populistas de todo signo, copan el poder"; en otras palabras, el bloque sufre de "euroesclerosis" una enfermedad política que obstruye las arterias del sistema.

El desafío adquiere ribetes históricos porque la crisis no se relaciona con los ciclos económicos que describió Lord Keynes en la mitad del Siglo XX. La globalización ha superado los superados alineamientos ideológicos de la guerra fría. La guerra está planteada en nuevos términos aunque quiera explicarse recurriendo a la ciencia y a cultura.

Nada parece consistente. La paz y la seguridad internacional son más inestables porque la proliferación nuclear no está en condiciones de limitarse y el autocontrol no es posible.

Las potencias nucleares especulan con su efecto destructivo y facilitan alianzas estratégicas que responden a un nuevo equilibrio de poder. China, India, Corea del Norte, Rusia, Europa y los EE.UU. cocinan sus posiciones en un caldero que la gobernanza mundial no puede controlar. El Derecho Internacional va detrás de los hechos y los líderes de los países poderosos con sus declaraciones y gestos marcan la agenda como respuesta a los reclamos de los ciudadanos que los llevaron al poder. En otros tiempos el Dr. Herrera podía decir desde nuestro lejano Conosur : allá ellos "festín de leones". Hoy aunque no queramos estamos dentro de la leonera.

El populismo es parte de una historia que se vive, y a pesar de sentirnos agobiados, la libertad no puede dejar de ser nuestra obsesión central. No se trata de alineamientos nuevos sino de seguir comprometidos con la apertura, único camino viable para nuestra economía así como con principios que dan sentido a nuestra existencia de Estado republicano y democrático.

EDITORIAL

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

EditorialpopulismotrumpPutin

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad