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Un gobierno para evolucionar

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EDITORIAL

En definitiva, vale la pena leer este programa de gobierno que invita con los pies en la tierra a soñar con un país mejor. Se pueden revertir los enormes errores de los últimos gobiernos, se puede comenzar a hacer las cosas bien y podemos aventurarnos a lo nuevo.

El lunes se presentó el programa de gobierno del candidato nacionalista Luis Lacalle Pou, acompañado de más de 400 técnicos de reconocida idoneidad en cada una de las materias. Así como el 30 de marzo en el parque Viera se presentaron las orientaciones y el equipo político del candidato, el 8 de abril se presentaron las propuestas con sustento técnico y a las personas que trabajaron en ellas. Este díptico, que debe ser visto como una unidad, fue una demostración potente de las capacidades humanas acumuladas en los últimos años por Luis Lacalle Pou, que demostró un trabajo ciertamente poco común en Uruguay, sostenido y productivo a lo largo del tiempo.

Quizá pueda llamar la atención la forma en que está organizado el documento de 211 páginas "Programa 20-25 Acciones de gobierno" titulado "La estrategia de los cinco shocks". ¿Quién puede dudar que la educación necesita una reforma urgente? ¿Quién se atreve a cuestionar la necesidad de una reforma importante en materia de seguridad? ¿Quién (salvo totalitarios y acomodados) pone en duda que hay que recuperar la dignidad a nivel internacional y tener una política proactiva de inserción internacional? Y así con muchos temas, en que comprobamos en un rápido repaso que es indispensable tomar medidas de fondo y no podemos seguir perdiendo el tiempo.

El documento establece claramente los cinco shocks que necesita el Uruguay, y detalla las medias necesarias, les pone número y urgencia. En primer lugar, se explica el "shock de austeridad" destinado a poner la casa en orden luego del desquicio frentista que llevó el déficit fiscal al 4,5% y en aumento y la deuda pública al 65% del producto y en aumento. Este shock es necesario por la situación deplorable desde el punto de vista fiscal en que el Frente Amplio entregará el país por su incapacidad y desidia que llevó al despilfarro de los recursos que salen de los bolsillos de los uruguayos.

Pero el programa de Luis Lacalle Pou no se centra es este shock de austeridad, indispensable como es y claramente detallado y cuantificado en el programa. De allí la razón de ser del segundo shock, el de competitividad. El centro de las acciones de gobierno está en volver a dinamizar la economía uruguaya, recuperar competitividad, niveles de inversión y certeza macroeconómica para crecer fuerte y mejorar la calidad de vida de los uruguayos. Allí se desarrolla una gran batería para que la economía crezca, aumente la productividad, mejoren los salarios, aumenten los ingresos y se generen puestos de trabajo, lo que el país no logra hace cuatro años. Este es una de las partes centrales del programa, ya que uno de los principales temas de esta campaña debería ser cómo lograr que la economía crezca a tasas de al menos 3% al año, procurando alcanzar una tasa potencial del 4%.

A partir de allí se facilitaría enormemente la superación de muchos de nuestros problemas actuales, si no cometemos los gruesos errores de los gobiernos frentistas que dilapidaron la bonanza en clientelismo y corrupción.

El tercer shock es el de seguridad, donde huelga cualquier comentario. Es evidente que es una de las principales preocupaciones de los uruguayos, ante el fracaso de todo el Frente Amplio, no solo Bonomi, a lo largo de sus tres períodos de gobierno. Recuperar el principio de autoridad, respaldar al policía en vez de al delincuente y profesionalizar y dignificar la función policial lucen como elementos indispensables.

El cuarto shock es el social, donde también, aunque no lo admitan, fracasó estrepitosamente el Frente Amplio. Ayudar a los uruguayos más desfavorecidos a superar su situación y no perpetuarlos en una pobreza con la que se lucra es un imperativo ético y social que bien merece también políticas de shock.

El quinto shock es el del conocimiento y la cultura, donde la innovación, la tecnología y la apuesta a lo nuevo cobran preponderancia. Un país como el nuestro debe modernizarse y estar a la vanguardia en estos temas si quiere ser competitivo en el mundo; es la forma de exportar bienes y servicios en vez de exportar jóvenes formados.

En definitiva, vale la pena leer este programa de gobierno que invita con los pies en la tierra a soñar con un país mejor. Se pueden revertir los enormes errores de los últimos gobiernos, se puede comenzar a hacer las cosas bien y podemos aventurarnos a lo nuevo. Se puede. El rumbo que marcó Luis Lacalle Pou con su equipo es serio, creíble y convocante para quienes tienen fe en el país, en su potencial y, especialmente, en su gente. El precandidato Lacalle Pou dio la talla para ser el próximo Presidente.

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