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Gobierno en alza, oposición en baja

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El primer mes de 2021 que ya se comienza a despedir muestra que las tendencias políticas observadas durante 2020 no solo se mantienen, sino que se acentúan: el gobierno se afianza en su rol y la oposición se desprestigia por su propio accionar.

Lo más notorio y reciente es el resonante triunfo del gobierno gracias al anuncio de los contratos logrados por la vacuna contra el COVID-19, que dejó nuevamente al Frente Amplio balbuceando incoherencias tratando de encontrar por dónde golpear.

Más allá de las subas o bajas en las encuestas, el nivel de aprobación del gobierno sigue siendo excepcionalmente alto, de hecho, el más alto desde que existen mediciones a esta altura de su período. En efecto, el manejo de la pandemia en términos sanitarios luce excepcionalmente bueno en cualquier comparación internacional, aún con el incremento de casos de los últimos dos meses.

En términos económicos el haber evitado el confinamiento compulsivo con medidas prontas de seguridad de signo autoritario propuesto por el Frente Amplio salvó a miles de empresas, especialmente micro y pequeñas, del cierre.

Las medidas de asistencia, como exoneración de cargo fijo de UTE y OSE a los sectores más golpeados, los créditos en condiciones excepcionalmente favorables de la Agencia de Desarrollo y del Sistema Nacional de Garantías, la creación del seguro de desempleo parcial y una larga lista de medidas muestras que el Estado estuvo presente para sostener a trabajadores y empresas.

Por su parte, la asistencia social se multiplicó, no con el foco derrochador que propuso la oposición de una renta universal para todo el mundo, lo necesitara o no, reducción en las tarifas públicas, lo necesitara o no o exoneraciones fiscales, lo necesitara o no. El foco estuvo en la población más vulnerable, como quedó demostrado con el incremento del 60% en la inversión en instrumentos sociales en 2020 respecto al año anterior.

En buena medida la reacción del Frente Amplio es entendible, aunque sea poco patriótica. Luego de 15 años controlando el Poder Ejecutivo y el Legislativo los ciudadanos le dieron una expulsión inmisericorde dejándolo por debajo del 40%. A su vez, la falta de liderazgos y de coordinación hace que cada legislador, intendente o director de ente haga su juego, aunque sea pegar sin ton ni son, con mentiras o distorsiones.

La reciente discusión sobre la actualización de la Base de Prestaciones y Contribuciones(BPC) es nuevamente un buen ejemplo. Los dirigentes frentistas salieron a acusar al gobierno de todo un poco con mentiras burdas, como que se trata de un “incremento generalizado del IRPF” como afirmó el senador tupamaro Alejandro Sánchez en un audio que envió a dirigentes de su sector, diciendo que “se calienta”.

Veamos lo cierto y concreto desde el punto de vista legal y aritmético. La ley que creó la BPC deja librado a la discrecionalidad del gobierno actualizarla por el Índice de Precios al Consumo (IPC) o por el Índice Medio de Salarios (IMS). Durante los gobiernos del Frente Amplio se actualizó por IPC, que era lo que maximizaba la recaudación, ya que hacía que cada vez más personas tuvieran que pagar IRPF. Eso sí era claramente fiscalista, ya que implicaba cada vez más personas pagando y que los que aportaban tuvieran que pagar más. La actualización que resolvió realizar el Poder Ejecutivo por el IMS es estrictamente neutra desde el punto de vista fiscal. En efecto, se incrementa la BPC el mismo porcentaje que aumentan los salarios, por lo tanto seguirán pagando IRPF las mismas personas y seguirán pagando lo mismo en términos porcentuales.

Se incrementa la BPC el mismo porcentaje que aumentan los salarios, por lo tanto seguirán pagando IRPF las mismas personas y seguirán pagando lo mismo en términos porcentuales.

En cuanto al IASS, el impuesto que pagan las jubilaciones, el incremento de la BPC es el mismo que el aumento de las jubilaciones, por lo tanto la situación de los jubilados se mantiene incambiada. No hay que ser ingeniero nuclear para darse cuenta de que el Frente Amplio miente, intentando instalar un relato contrario a la matemática.

La verdad, sin embargo, es clara y las argucias falsas se derriban solas. El gobierno sigue adelante, trabajando denodadamente por el país, mientras el Frente Amplio no encuentra argumentos ni consuelo. Si no supieron qué hacer más que tirar piedras e intentar engañar a la población en medio de una pandemia no puede esperarse nada mejor de ellos en los próximos años. Por eso, la Coalición Republicana seguirá consolidándose y avanzando en su trabajo por el bien común, mientras que quienes intentan medrar con las desgracias de los uruguayos seguirán hundiéndose en su ignominia.

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