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García y la agenda perdida

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El tono panfletario y de político en campaña que manifiesta el director de la OPP deja en claro que la preocupación del gobierno está centrada en aferrarse al poder, más que en mejorar la vida de los uruguayos.

El director de la OPP aprovechó una generosa entrevista nada menos que un domingo en El País para hacer una respuesta política a la oposición. La cual, por boca de varios de sus más importantes representantes, acusa al gobierno de no tener una agenda política profunda, y de estar transitando un gobierno al empate, donde las únicas apuestas son la llegada de la nueva planta de UPM, y el proyecto de bancarización forzosa, que tiene a buena parte del país en estado de revuelta.

Primero que nada, un comentario un poco autoelogioso. Porque la publicación de esta entrevista en el día de mayor circulación, realmente con escaso contenido conceptual y noticioso, representa una muestra de integridad periodística. Cosa que ha venido siendo puesta bastante en tela de juicio por el propio García, algunos asesores cercanos de talante agrio, y ese costoso equipo de comunicación política que ha montado la OPP con recursos de todos. Imaginamos que ya no será más.

Ahora bien, vayamos al fondo del asunto. La entrevista deriva por una serie de conceptos, pero vamos a concentrarnos en tres, donde la realidad desmiente tercamente los conceptos del jerarca.

Respecto a la seguridad pública, García sostiene que ha habido notorios avances en la materia, y que "el tema ha salido de la agenda prácticamente". García parece tiene problemas para entender lo que los uruguayos ven como agenda, porque no pasaron 24 horas que una encuesta de la empresa Opción mostró que el 60% de los ciudadanos se siente inseguro. Y que uno de cada cuatro ha sido víctima de un hecho de violencia en el último año. ¡Uno cada cuatro, García! ¡En el último año! ¿Se puede decir que ese tema salió de la agenda?

Un segundo tema de la entrevista fue la aseveración del jerarca de que el gobierno viene cumpliendo escrupulosamente los compromisos hechos en campaña, y las promesas hechas a la gente en este comité de autobombo político itinerante en que se han convertido los Consejos de Ministros. Pues bien, hace apenas un par de semanas, El País (que no solo se dedica a ponerle un micrófono a los burócratas) realizó un exhaustivo trabajo periodístico y comprobó que de todos los compromisos asumidos en esos consejos, y que son recogidos en la página web de Presidencia, apenas se cumple un 50%. ¿Es para festejar?

Vale señalar que algún jerarca pretendió criticar esta información, señalando que hay otros compromisos que se cumplen y no se publicitan. Ahora bien, que un jerarca político pretenda que creamos que cumplen compromisos y los dejan sin mencionar, con la millonada que se gasta en comunicación pública en este gobierno para autopromoción, resulta casi una tomadura de pelo.

Vayamos al tercer punto. García apela al miedo y a consignas bastante ridículas como la de la "motosierra" para endilgar a la economista Azucena Arbeleche la supuesta intención de recortar las jubilaciones, por haber dicho que había "gastos endógenos excesivos", y así reforzar el mito de que pretender poner orden en el despilfarro de este gobierno, es necesariamente golpear a los humildes. Cosa que da ganas de sacar a relucir los 800 millones de Ancap, los sueldos de la regasificadora que no va ser, etc., etc., etc.

Pero no hagamos la "gran García" y vayamos al grano. Resulta que el propio ministro Astori, apenas horas antes de la publicación de la entrevista cuestionó en el parlamento los gastos en jubilaciones. Según Astori "en el momento actual hay un promedio de 30.000 jubilaciones nuevas por año, con alguna característica que llama la atención y que habrá que revisar, y es que una de cada cinco personas se jubila por invalidez". Y agregó, "obviamente el gasto aumenta, porque la jubilación por invalidez es más costosa que la común".

¿Será que Astori quiere una motosierra? ¿O será que los cambios hechos en estos últimos años en el BPS han habilitado un chorro de abusos y jubilaciones cuestionables que son las responsables del enorme déficit de esa institución? García, ¿no se habla con Astori?

Habría mucho más para comentar de la nota. Sobre todo, porque el tono que transmite toda la pieza es el de un político en campaña, y con un mensaje panfletario propio de alguien que está pensando en la próxima elección, y en cómo asegurarse un lugar de privilegio en los próximos años, más que en las transformaciones imprescindibles que está reclamando un país donde mientras la economía crece se han perdido 40 mil puestos de trabajo en dos años. Esa es la agenda que García y su gobierno han perdido. Y con estas posturas, no parece que vayan en el camino correcto para encontrarla.

EDITORIAL

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