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Una evolución necesaria

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Editorial

Sería un craso error caer en el mismo infantilismo de la izquierda de pretender que todo comienza a partir de cada nuevo gobierno. Nuestro país es la construcción de millones de hombres y mujeres a lo largo de más de 200 años.

El sector Todos liderado por el senador Luis Lacalle Pou presentó el documento "Un gobierno para evolucionar" con sus líneas programáticas generales, como una primera aproximación a lo que será el programa de gobierno a presentarse el año próximo, ya en campaña electoral.

En el elaborado trabajo de 19 puntos y 73 páginas se realizan algunas defi- niciones básicas de lo que se propone a la ciudadanía para acompañar al sector y al Partido Nacional en las próximas elecciones que vale tener en cuenta por su importancia en el debate que se nos avecina.

Quizá llame la atención la palabra destacada —y novedosa en estas cuestiones— en el documento: "evolucionar". ¿Qué nos están proponiendo cuando nos plantean "un gobierno para evolucionar"? La respuesta es clara: "Ni refundación ni marcha atrás: evolucionar. Las sociedades democráticas evolucionan. Construyen sobre lo que se hizo bien, corrigen lo que se hizo mal, aprenden de sus errores, abren caminos en busca de nuevos horizontes".

Parte del reconocimiento de la realidad, materia prima de todo hombre de Estado como decía el Dr. Herrera. La tarea del próximo gobierno deberá basarse, para bien y para mal, en la realidad actual del país, que incorpora, naturalmente, lo realizado en los 15 años de administraciones frentistas pero también en la obra anterior de los partidos fundacionales. Sería un craso error caer en el mismo infantilismo de la izquierda de pretender que todo comienza a partir de cada nuevo gobierno. Nuestro país es la construcción de millones de hombres y mujeres a lo largo de más de 200 años y mucho de lo bueno y noble que tiene es obra del Partido Colorado y del Partido Nacional.

Es especialmente ilustrativo de la actitud mezquina del partido de gobierno negar que las leyes sociales, la red de contención social del Estado, el salario vacacional, el aguinaldo, los consejos de salarios, los beneficios sociales, la seguridad social y casi todo lo referente a la sensibilidad social en el país es tan viejo como la patria misma.

Es, además, particularmente triste que el gobierno que en estos últimos meses viene haciendo el recorte de gasto público más cruel, ineficiente y despiadado que pueda imaginarse que es el de la alimentación en los planes a los uruguayos más vulnerable, saque patente de defensor de los desposeídos. Marina Arismendi que será recordada por acomodar gente y desamparar a quienes necesitan del Mides es, paradójicamente, una de los adalides en la causa de sembrar cucos y afirmar con pose de prócer que si ganan los blancos se pondrán en cuestión los planes sociales. Después de sacarle la comida a los pobres, tiene el tupé de acusar a otros de insensible; si María Elena Walsh escribiera hoy El reino del revés, incluría el caso en la primera línea de la canción.

El documento del sector Todos plantea las líneas generales en varios temas centrales para el próximo gobierno como la educación, la seguridad, las relaciones internacionales, las políticas sociales, la vivienda, etc. La agenda de las últimas semanas, sin embargo, ha estado dominada por los economistas que afirman que el próximo gobierno deberá comenzar con un ajuste fiscal.

Es curioso que cuando queda todavía año y medio de gobierno y la situación fiscal se deteriora rápidamente ya se dé por supuesto que nada se puede esperar del actual gobierno y todo se debe esperar del próximo. Es, por otra parte, un reconocimiento razonable cuando todos sabemos que el presidente se dedicó a hacer la plancha en todo este período y ni una sola obra o reforma quedará de recuero de este tristísimo período.

¿Pero para qué abundar en este punto si hasta el jerarca de la OPP Fernando Isabella se queja en los comités de base del Frente Amplio de que el presidente no gobierna?

La respuesta del documento de Todos es clara: "No estamos dispuestos a convertirnos en simples administradores de la escasez. Seguimos soñando con construir el país que merecemos. Nuestro motor es la búsqueda de mejores condiciones de vida para todos los uruguayos."

Poner las cuentas en orden será necesario, pero ese no será el objetivo del próximo gobierno, será simplemente la consecuencia de la inutilidad frentista. El objetivo del próximo gobierno deberá ser apostar a encaminar el Uruguay al desarrollo, a mejorar la calidad de vida de cada uruguayo, a que nadie quede atrás y recuperemos una convivencia más fraterna, próspera y digna.

No puede haber empresa más justa y entusiasmante que esa.

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