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Elecciones internas argentinas

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Mañana en la vecina orilla habrá elecciones internas; las llamadas PASO. Esos comicios que el oficialismo intentaba demorar o suspender a principios de año.

Este domingo es la carrera en los distintos partidos a fin de ocupar un lugar a candidato a diputado o senador en las elecciones legislativas de noviembre para renovar parte de ambas cámaras. Solamente en Corrientes, Formosa, Jujuy y San Juan, la oposición ya ha consolidado sus listas para los comicios de medio término. En los demás 20 distritos electorales la consolidación de las listas resultará de las mencionadas PASO de este domingo.

El oficialismo, que está preocupado de perder la hegemonía que hasta ahora tiene en el Congreso, organizó el cierre de campaña del Frente para Todos con un kirchnerismo nuclear visiblemente representado en el estadio cerrado Tecnópolis, símbolo cristinista, al cual asistieron unos mil invitados con notoria falta de respeto de las reglas sanitarias. Pasado un mes de la aparición de los videos del cumpleaños en Olivos, en plenas restricciones por la pandemia, se les vio juntos al presidente Fernández y a la vice, únicos oradores del acto. La imagen presidencial últimamente se derrumbó y se ha hablado de que Cristina y la Cámpora buscarán copar definitivamente al gobierno si hubiera un revés. La vicepresidenta hizo un discurso inflamado y Alberto una oratoria más breve, aunque la tónica fue la misma en ambos expositores. El énfasis mutuo estuvo en hablar de dos modelos de país, martillando sobre la polarización. Se buscó dejar atrás los traspiés, no solo del “festejamento” en la residencia presidencial, sino también la inoportuna sonrisita de Máximo el día anterior mientras le hablaba a un grupo de simpatizantes, cuando pidió un minuto de silencio, por los familiares en vez de por las víctimas, del Covid-19.

Los sondeos de opinión anticipan una elección pareja entre el partido oficial y la oposición, donde han surgido algunas figuras nuevas por fuera del habitual ambiente político, como el liberal, antiestado Milei o el mediático neurólogo Facundo Manes. Últimas encuestas mostraban que el gobierno estaría perdiendo terreno en el país y en la Provincia de Buenos Aires podría ganar por una diferencia pequeña. Por lo tanto hay inquietud, desconfianza y “ainda mais” al aproximarse las primarias con la vista apuntando hacia las próximas legislativas. Un sondeo de la consultora Opina Argentina en la PBA indica que la gente que está disconforme empezó a estarlo aún más con el gobierno de Fernández, que con el de Macri.

El objetivo de la oposición es lograr aumentar el número de senadores y de diputados de modo que el gobierno se vea privado de hacer cualquier cosa, como por ejemplo, continuar con el avance contra la independencia de los jueces.

Entre los políticos que son parte de Juntos por el Cambio se insiste una y otra vez en convocar a la gente a ir a votar en las internas porque hay fundados temores de que la concurrencia a las urnas sea escasa. Los encuestadores ya han dicho que para la concurrencia a las Paso (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) se visualiza un magro 65%. Cifra que no sería tan mala si se la compara con lo sucedido en Chile en la elección para gobernadores regionales en que solo concurrió el 20% del padrón. Sin embargo, en el caso argentino sería menor a su promedio histórico del 75%. Para el aumento en la deserción de votantes contaría la indiferencia y el desencanto generalizado con la política y los políticos, a lo cual se suman los temores causados por la pandemia en una población que a diferencia de la uruguaya, está vacunada con dos dosis solo el 30%. También se teme que la abstención sea importante entre la gente de más edad, justamente un electorado donde el macrismo encontró amplio respaldo en el pasado. Por estos motivos los líderes políticos insisten, en la importancia de cumplir con esa obligación cívica, y en abrirles los ojos si creen que no ir a las urnas no tiene mayor consecuencia. En especial a quienes están en contra del actual gobierno, ya que el no votar o hacerlo en blanco termina favoreciendo al oficialismo.

El objetivo de la oposición es lograr aumentar el número de senadores y de diputados de modo que el gobierno se vea privado de hacer cualquier cosa, como por ejemplo, continuar con el avance contra la independencia de los jueces. Los cuales por ahora agachan el lomo pero en cuanto Cristina pierda fueros y poder, no es poca cosa lo que se le pueda venir encima. Para obtener ese freno, tienen que conseguir respaldo dentro del 30% de electores flotantes, así como llegar a ese sector de la clase media, media-baja que ha sido la más golpeada.

Mientras los de más arriba han tenido percances de distinta índole pero su vida no ha cambiado demasiado, a los de más abajo tampoco les afecta mayormente, ya que peor no pueden estar. Con un estallido inflacionario demencial y una pobreza que bien medida llega al 50%, no podría el gobierno salir triunfante, pero en Argentina cualquier cosa puede pasar.

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