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Detalles claves de la ley de urgencia

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El proyecto de Ley de Urgente Consideración se va ajustando en aquellos aspectos donde no había pleno consenso dentro de la propia coalición de gobierno.

Los legisladores escuchan a los ministros de gobierno que concurren a exponer sus puntos de vista, y escuchan también a sus propios colegas y socios de la coalición para saber por qué discrepan o por qué están de acuerdo con los aspectos de la ley donde hay diferencias.

Lo que la población está viendo es un fluido y sano funcionamiento parlamentario, donde puntos de vista y discrepancias se dirimen a la luz del día. Se avanzó mucho aunque quedan algunos aspectos que todavía deben ser ajustados.

Uno de los puntos en discusión es el relativo a la desmonopolización de Ancap. La decisión del Poder Ejecutivo es mantener esa cláusula pese a que hay discrepancias dentro de la coalición.

Por ejemplo, el senador por Cabildo Abierto Guillermo Domenech preguntó qué seguridad ofrecía la existencia de competencia con Ancap, para obtener un combustible más económico. La respuesta la dará en su momento el propio mercado pero de todos modos, en el peor de los casos, lo contrario no sucederá.

En las situaciones en que los monopolios de ciertas empresas públicas fueron sometidos a la competencia (el ejemplo del Bancos de Seguros es el más emblemático) la empresa estatal salió bien parada aunque fue necesario hacer ajustes fuertes. Es verdad que se trata de una competencia donde los entes estatales, por solo serlo, corren con ventaja. Pero aún así, que debieran enfrentarse a algún grado de competencia no les hizo daño y benefició a sus usuarios.

En lo laboral todo indica que queda firme el artículo sobre libertad de trabajo en sus tres aspectos: el Estado garantiza el derecho de huelga, el derecho al trabajo de los “no huelguistas” y la libertad de los empresarios a mantener el control de sus compañías.

Esto, como era de esperarse, generó contrariedad en los sindicatos pero parece claro que al plasmarlo en la ley, el gobierno desea dejar claro que no hay derechos desbalanceados unos por encima de otros. Por lo tanto hay que respetarlos a todos, aun cuando pueda en ciertos momentos plantear un conflicto entre derechos legítimos pero encontrados. Tienen derecho los sindicatos a hacer huelga, tienen derecho los trabajadores que no quieren acatarla a entrar a trabajar y tienen derecho los empresarios a que sus locales no sean arbitrariamente ocupados. Con esas reglas claras, los reclamos en el futuro deberán negociarse con un mayor equilibrio que el que ha regido hasta ahora.

Por otra parte, dentro de ese rubro habrá que ver cómo se procesa el tan mentado proyecto del diputado colorado Conrado Rodríguez de hacer posible que personas jubiladas puedan trabajar sin que por ello se les retire el pago de la jubilación ya concedida. Según informó la prensa, esta semana se aguardaba la presencia del ministro de Trabajo Pablo Mieres en el Palacio Legislativo para ir elaborando una propuesta definitiva. La que ya había presentado Rodríguez en el período pasado, era muy completa y muy clara. Debe evitarse un texto que tenga la apariencia de habilitar esa posibilidad, pero que en el articulado “de letra chica” aparezcan disimuladas algunas restricciones. En ese sentido el proyecto de Rodríguez no tenía ambigüedades, era preciso y si hay algo para retocar, seguramente será poco.

En ese sentido, el proyecto de urgente consideración propone facultar al Poder Ejecutivo a establecer un régimen de compatibilidad del cúmulo de jubilación común con el desempeño de actividad remunerada, ya sea como trabajo dependiente o independiente, cualesquiera fueren los sectores de afiliación de los servicios computados. En esa formulación es que podría, pero no debería, saltar alguna cláusula restrictiva. Por lo tanto es bueno que el diputado que tuvo la iniciativa siga con celo el proceso para que no haya desviaciones y sorpresas.

Estos son algunos de los aspectos que todavía necesitan ser pulidos en el proyecto de urgente consideración. Proyecto que una vez aprobado y convertido en ley, terminará por darle al gobierno los instrumentos necesarios para trabajar en una dirección clara, con objetivos bien definidos tal como se prometió en la campaña electoral.

La emergencia sanitaria le obligó a modificar todas sus prioridades, pero ello no lo llevó a desviarse de sus grandes objetivos: tiene claro qué es lo que vino a hacer cuando fue elegido para gobernar y además demostró una interesante capacidad de liderazgo para lograrlo.

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