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La crisis de la previsión social

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EDITORIAL

Algunas voces oficialistas, enemigas acérrimas de las Afaps, se empeñan en meter todo en una misma bolsa. Pero lo cierto es que no hay crisis en el sistema de previsión social, sino que la crisis es del BPS.

Se ha instalado en el país una idea que se recoge con una cierta unanimidad: la previsión social está en crisis. De esta forma lo plantea incluso el Ministro de Economía encogido de hombros, como si no tuviera nada que ver en el tema. Y no es así: la previsión social no está en crisis. Lo que definitivamente fuera de control y en crisis es el BPS, o más bien el sistema de reparto, que no es toda la previsión social.

Algunas voces oficialistas, enemigas acérrimas de las Afaps, se empeñan en meter todo en una misma bolsa para confundir, queriendo incluso aprovechar esa conciencia de un problema duro, para seguir atacando a las Afaps que no son parte del problema sino de la solución. De esta forma engañosa quieren generar voluntades contra las Afaps, que funcionan muy bien. Incluso es notoria la ultra intencionalidad oficial de la primera espada de la lucha contra el sistema moderno, o sea el Ministro de Trabajo y de otros que quieren culpar a las Afaps de su déficit. En efecto, y después de dilapidar recursos convirtiendo en un agujero negro no todo el sistema previsional, sino el de reparto, parten de ahí para atacar a las Afaps cuyo funcionamiento es un éxito.

Cabe recordar para empezar que el 75% de los recursos previsionales (todo el aporte patronal y la mitad del aporte del trabajo) sigue yendo al sistema de reparto del BPS; es solo el 25% de esos aportes que va a las Afaps.

Con ese 25% se compone un fondo ahorrado por 1,4 millones de uruguayos, que supera los 15 mil millones de dólares, la cuarta parte del PBI, y que en 23 años logró una rentabilidad promedio de 7,5% anual en moneda constante, lo que significa un éxito extraordinario. Incluso de esos 15 mil millones, más de 2.000 están invertidos en proyectos productivos inmobiliarios, forestales, agropecuarios, de generación de energía, demostrando así la oportunidad que significa este fondo no solo para remunerar mañana a los trabajadores, sino para dar oportunidad hoy a proyectos de largo plazo que los bancos no pueden ni deben financiar.

Una afirmación falsa es que el sistema de reparto es solidario. Solo una interpretación muy parcial puede explicar que un sistema que recauda hoy para pagar las jubilaciones de hoy sea solidario, cuando no mira para nada a las generaciones futuras. Peor aún; este tipo de previsión social de reparto, que quiebra en todo el mundo, es el responsable del caos actual del déficit del sistema, en el que las Afaps no tienen nada que ver.

Cabe recordar aquí que después de aplicada la reforma se terminó en el 2005 el déficit que debía atender Rentas Generales, en un proceso progresivo y virtuoso desde la instalación del sistema, que ahora se viene deteriorando paso a paso y ya ostenta un agujero de US$ 5 mil millones Son las jubilaciones anticipadas con certificaciones médicas inaceptables, la vuelta de las jubilaciones con testigos truchos y sin aportes, etc. Pero -subrayamos- este es un problema de las jubilaciones del BPS, no de las Afaps que administran solo el 25% de los aportes previsionales. Es con el restante 75 % que se genera el agujero “solidario”.

El déficit era y es generado en el sistema truchamente llamado solidario, no en el nuevo. No es que el agujero procede de lo que se deposita en las cuentas personales; es una mentira que se repite, pero sigue siendo una mentira. Y que no pase tampoco desapercibido que las cuatro Afaps, que administran un cuarto del PBI, se manejan con 450 funcionarios, un número menor a los de AFE, un tercio de los empleados de correo, un 12% de los funcionarios del BPS por citar algunas comparaciones. Y otra falsedad: que hay transferencias de recursos por déficit, del Estado a las Afaps. Está mal. Por misterios contables, el 12,5% del aporte que va a las Afaps, va primero a otro destino y luego se transfiere a las Afaps. No es por tanto una transferencia como la de Rentas Generales al sistema quebrado de reparto. Y otro error: las Afaps no pagan jubilaciones. Simplemente entregan lo ahorrado por el trabajador al BSE, el que contra ese capital que recibe sirve una renta vitalicia; esa es la jubilación.

El sistema de reparto sí está en crisis. Las Afaps pueden ser parte de la solución que debe empezar por hacer desaparecer las jubilaciones de mentira que se armaron. Hay que pensar en otro tipo de problemas derivadas del hecho que la gente vive más. Por ponerlo en términos simples: no hay un milagro matemático que permita trabajar 35 años ahorrando el 22,5% del sueldo, para luego jubilarse con el 70% del mismo y vivir 30 años más. Simplemente no es real.

Cuando se tense la discusión sobre el tema, será muy recomendable no dejarse llevar por inexactitudes difundidas con intenciones políticas manifiestas.

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