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Una conducción responsable

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El lunes la Ministra de Economía y Finanzas Azucena Arbeleche realizó una exposición donde pasó raya al 2020 y proyectó variables centrales para el 2021.

Es una sana costumbre, poco común en las administraciones anteriores, la Ministra presentó mucha información sobre el comportamiento de la economía, explicó las decisiones de política económica y aventó cucos, de los que se siembran con marcada intencionalidad política y pocos fundamentos.

La conferencia se vertebró en tres partes: los recursos que se destinaron a la atención de la pandemia, el cumplimiento de las proyecciones fiscales y de inflación y la persistencia del apoyo por parte de la política económica a las consecuencias de la pandemia y las señales alentadoras que se divisan en el horizonte.

La Ministra brindó todos los detalles de los gastos del Fondo Coronavirus. Esta información era pública y se actualizaba mes a mes junto a la publicación fiscal, pero de todas formas fue un repaso conveniente ante las críticas absurdas sobre su falta de transparencia. En 2020 los egresos del fondo fueron de 711 millones de dólares, lo que equivale al 1,3% del PIB.

Un dato muy importante, y poco tenido en cuenta, es la expansión de las políticas sociales en 2020. Efectivamente, las transferencias sociales en términos constantes tuvieron un incremento de 56% respecto al año anterior, y el número de beneficiarios pasó de 602.410 en 2019 a 840.617 en 2020, un incremento de 40%. Los números de la expansión fiscal y de la asistencia social son muy claros, existió una notoria sensibilidad para atender a la emergencia, se pusieron en juego los recursos necesarios y se llegó a un número muy importante de personas.

Otra herramienta que ayudó a mitigar el impacto de la pandemia fue el seguro de desempleo, tanto el tradicional con que cuenta nuestro país hace ya mucho tiempo, como el nuevo, instrumentado por el actual gobierno, de tipo parcial que fue clave para sostener miles de puestos de trabajo. Este tipo de innovaciones demuestra que se actuó en forma proactiva, volcando recursos y conteniendo efectos negativos con medidas potentes.

El Sistema Nacional de Garantías fue un instrumento muy importante para que las empresas, especialmente las micro y pequeñas, pudieran acceder a financiación a tasas bajas que de otra forma no hubieran tenido. 506 millones de dólares fue el monto garantizado, lo que permitió dar créditos por 689 millones de dólares. Unas 13.700 empresas se beneficiaron, lo que da cuenta de la relevancia de la herramienta.

De esta forma llega el gobierno a totalizar 1.217 millones de dólares de recursos en 2020 para la pandemia, sin tener en cuenta que, adicionalmente, se perdieron unos 2.000 millones de dólares de recaudación. Esta cifra ha desatado un debate absurdo y estéril. Está claro que son 1.217 los millones de dólares comprometidos por el gobierno en medidas frente a la pandemia, a su vez está desglosado qué es cada componente; cada uno puede calcularlo como guste, porque la información es transparente.

La conferencia del lunes mostró que el país tiene una conducción económica seria y responsable, capaz de liderar la política económica en tiempos especialmente desafiantes.

El cumplimiento de proyecciones fue uno de los puntos fuertes de la presentación. Se pudo comprobar en la conferencia que se cumplió la meta de resultado fiscal efectivo, la de resultado fiscal estructural, la de incremento de gasto primario, el tope de endeudamiento y la proyección del Índice de Precios. Otro cambio sideral de las proyecciones de los tres últimos gobiernos que nunca se cumplían y que provocaron que en 2019 tuviéramos el mayor déficit fiscal en tres décadas, comprometiendo seriamente el arranque de la actual administración, incluso antes de la existencia de la pandemia.

Una regla fiscal efectiva, que ponga la trayectoria fiscal del país en un camino sustentable, era una de las grandes reformas estructurales del gobierno y se está cumpliendo. Esto no es un fetiche de economistas, como a veces se arguye, es una condición necesaria para la estabilidad macroeconómica que es indispensable para el desarrollo de toda política pública, comenzando por las sociales.

La conferencia del lunes mostró que el país tiene una conducción económica seria y responsable, capaz de liderar la política económica en tiempos especialmente desafiantes con sensibilidad y prudencia. Las críticas nunca faltan a los ministros de economía, en su compleja tarea de administrar recursos escasos para fines múltiples, pero el país puede estar tranquilo de que la gestión de Azucena Arbeleche nos asegura llegar a buen puerto luego de la tormenta que provocó la pandemia.

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