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Este lunes el Frente Amplio solicitó la renuncia del director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Isaac Alfie como consecuencia de que tomó estado público una resolución que le otorgó un beneficio burocrático y automático a su empresa.

Más allá de los titulares escandalosos, el hecho bien examinado no admite ni un segundo de atención y deja a la vista el doble rasero con que la oposición mide las acciones de los gobernantes.

Resulta curioso como se puede armar una tormenta en las redes sociales que rápidamente llega a los medios de comunicación. El pasado viernes cobró estado público, de hecho, porque era información pública disponible para quien quisiera verla, que a la empresa de Isaac Alfie le fue otorgado un beneficio fiscal en el marco de la ley de inversiones que había solicitado en 2019.

Este trámite, realizado por centenares de empresas en nuestro país, es enteramente objetivo, vale decir en ningún momento en su resolución entra en juego la discrecionalidad de las autoridades de turno. Simplemente se presenta en la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (COMAP) la inversión que se plantea realizar, se aplica una matriz de indicadores preestablecida, y se responde el beneficio fiscal que corresponde.

En consecuencia, de ninguna manera Isaac Alfie obtuvo un beneficio por integrar el gobierno, por el contrario, para cuidar las formas lo termina perdiendo. Por otra parte, el cuestionamiento que también existió aunque con menor intensidad a la actuación de la Ministra de Economía resulta insólita. Azucena Arbeleche recibe de parte de la COMAP una resolución objetiva que corresponde otorgar, por lo que no puede hacer otra cosa que firmarla. Si no lo hubiera hecho correspondería acusarla de utilizar la discrecionalidad, lo que hizo era lo que estrictamente correspondía.

Desde el Frente Amplio, a falta de mayor munición, buscan cualquier hecho por menor o perfectamente legal que sea para pegarle al gobierno. Es una señal de la falta de rumbo y de liderazgo que viene mostrando, que por otra parte ha sido reconocida por el propio Javier Miranda, una verdadera decepción a nivel político pero mayor aun a nivel humano para quienes lo apreciaban y lo han visto convertirse en uno de los personajes mas ponzoñosos del país.

Resulta muy curioso como los mismos que defendían a capa y espada hechos notorios de corrupción, de malversación de fondos, de despilfarro o de notorias malas decisiones del gobierno anterior ahora pidan la renuncia de jerarcas por actos ajustados a derecho en que no obtuvieron ningún privilegio. No podrían ser las mismas personas si tuvieran la más mínima coherencia que hasta hace poco defendieron a Sendic, a jerarcas que otorgaron beneficios como los que ahora se critican a sus propios parientes, o ministros que se autoasignaban préstamos.

Si en aquellas circunstancias defendían a los implicados que ahora pongan el grito en el cielo solo puede ser política rastrera y de la peor especie. La inestabilidad que enfrenta el Frente Amplio le juega visiblemente en contra. Sus dirigentes se encuentran destemplados, todos corriendo a la izquierda buscando el aplauso fácil de los militantes en las redes, estrechando la mirada de un partido que cada vez tiene más frentes internos y es menos amplio.

El cuidado de la ética en la función pública es fundamental para preservar la confianza en las instituciones democráticas. Recordemos que parte de los argumentos en que coincidía el ataque que montaron contra la democracia los tupamaros y los militares golpistas eran los casos de abusos por parte de jerarcas públicos.

Defender corruptos cuando son los propios en el gobierno y defenestrar a funcionarios honestos cuando se está en la oposición lesiona el sentido de honorabilidad y credibilidad que debe tener el ejercicio de la política como actividad.

Defender corruptos cuando son los propios en el gobierno y defenestrar a funcionarios honestos cuando se está en la oposición lesiona el sentido de honorabilidad y credibilidad que debe tener el ejercicio de la política como actividad. El Frente Amplio no se ha enterado o le importa poco.

El episodio del pasado viernes a menos de una semana ya se desvaneció sencillamente porque nunca tuvo razón de ser. Dice más de la desesperación de la oposición que de la acción de un gobierno que contra todos los palos en la rueda sigue enfrentando la pandemia, vacunando a una velocidad récord a nivel mundial y tomando medidas para mitigar las consecuencias sociales y económicas. Las encuestas hablan a las claras, el gobierno está firme y el Frente Amplio ni quiere mirar las que miden intención de voto porque en 2024 todavía más dirigentes se van a quedar sin trabajo.

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