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Los comités del Mides

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EDITORIAL

El Mides empezó a funcionar con un presupuesto de U$$ 65 millones. La administración Mujica lo llevó a US$ 172 millones y ahora tiene asignados US$ 290 millones. ¿Cada vez hay más uruguayos en situación de emergencia social?

Los grandes temas que han sacudido a la opinión pública (Ancap y su agujero de 800 millones de dólares, el caso Sendic, la inseguridad, la ola de asesinatos, bandas narcos y sicariato, ASSE, el fuerte reclamo de los autoconvocados, los desaciertos de la educación, etc. etc.) en este segundo mandato de Tabaré Vázquez han permitido que otras instituciones del Estado desarrollen sus actividades con escaso contralor de los ciudadanos por falta de exposición pública. Y en ese río revuelto mucho salieron ganando, como el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), que ha podido actuar sin la presencia de las cámaras y las luces sobre su acción.

El Mides fue creado en el 2005 con el contenido principal de dar respuesta al temporal económico del 2002, que si no se trató de la peor crisis en la historia del país, por ahí anduvo. Fue apoyado por todas las fuerzas políticas como forma de enfrentar la emergencia sobreviviente y respaldado por toda la sociedad: había urgencia de aplicar políticas activas y audaces para suturar las heridas de la crisis, y apoyar un proceso de reintegración de los más desfavorecidos. Pasada más de una década desde su lanzamiento, habiendo vivido el país en ese lapso un período de recuperación y bonanza económica y hasta de florecimiento en muchas áreas, la situación que se ve cada día en las calles, y la que revelan los estudios, obliga a hacer un balance de la marcha de ese ministerio.

Y el balance no parece nada auspicioso. Por el contrario, existe la sensación de su fracaso y de un mundo donde se mueven las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) al amparo de los recursos del Estado, sin mayores rendiciones de cuenta sobre sus trabajos, como lo demuestran los múltiples informes del Tribunal de Cuentas. El Mides empezó a funcionar con un presupuesto de U$$ 65 millones. La administración Mujica lo llevó a US$ 172 millones y ahora tiene una suma asignada por US$ 290 millones. La lógica indicaría que tras tantos años de "trabajo" debería haberse reducido la emergencia social que motivó su creación; si el Mides es y ha sido eficiente los beneficiarios deberían ser menos cada año como consecuencia de la inclusión social de los que salen de la pobreza. Pero los números medidos en dólares o en pesos, dicen lo contrario: cada vez se precisa más y más.

Tres casos concretos de los últimos pinta de cuerpo entero la labor del Mides:

— La denuncia sobre dos niños de 10 y 13 años que consumen marihuana en el horario escolar y amenazan a las niñas en el barrio Maracaná. Se podrá decir que es un caso aislado. Pero ¿hay certeza o lo aislado es que la denuncia se haya hecho pública? ¿O lo aislado es que consuman marihuana y vayan a la escuela? Sería bueno que el Mides aclarara un poco este episodio gravísimo.

— El diputado Pablo Abdala pidió la convocatoria de la ministra Arismendi para que explique el plan para atender gente en la calle este invierno. Recordó que un censo que se hizo en 2016 indicaba que había 1.651 personas en esta situación, mientras que en 2011 eran unas 500. Se multiplicaron por tres y la cifra ha seguido creciendo. Ahí está, por ejemplo, la nota del intendente Martínez a Tabaré Vázquez planteando su preocupación por la cantidad de gente que duerme en las calles.

— Según publicó El País, el Mides informó que cuenta hoy con 1.445 cupos distribuidos en 48 centros que atienden a personas en situación de calle. Desde mayo a octubre, "se abrirán dos sitios más con capacidad para 100 personas y con los cupos existentes, llegarán a 1.660", aunque en el año 2016 para el Mides habían "51 refugios abiertos" con capacidad para "1.791 personas".

En 2017, la ministra Marina Arismendi anunció que ese invierno aumentaría "al doble la cantidad de lugares disponibles en los refugios para personas en situación de calle", pero en realidad los cupos disponibles llegaron a 1.727 (64 menos que en 2016), según la página de Presidencia de la República.

La pregunta es obvia: si el Mides no cumple o es falso lo que dice y anuncia en conferencias de prensa, ¿qué pasa con la otra información que ni siquiera es divulgada?

Lo cierto es que aquellos famosos comités de base del FA prácticamente han desaparecido. Aquellos centros que apostaban a multiplicar la militancia y el voto frenteamplista se apagaron. Su lugar ha sido ocupado por el Ministerio de Desarrollo Social con sus planes asistencialistas, que se ha convertido en el motor del conglomerado y le asegura un grande y cautivo caudal electoral. Así vamos.

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