Los escenarios departamentales del Interior muestran claramente que el FA disputará con más chance el triunfo, allí en donde los partidos oficialistas no perfeccionaron una alianza que les asegurara sumar todos sus votos para ganar.

El panorama de las municipales de setiembre empieza a ser visto con más atención. Va quedando claro que en todos aquellos lugares en los que el Frente Amplio (FA) disputa con ciertas chances de ganar las elecciones, lo que en realidad ocurre es que no se apostó totalmente a la unión de la coalición multicolor.

Cualquiera que conozca algo de historia electoral y que esté al tanto del peso respectivo de los actores locales sabe que hay departamentos en los que el Partido Nacional (PN) no tendrá rival en las próximas municipales. En efecto, ya sea por gran tradición blanca, o ya sea porque la actual dirigencia del PN ha logrado afirmarse fuertemente luego de instancias competitivas con el FA, lo cierto es que en 12 departamentos, Cerro Largo, Lavalleja, Flores, Durazno, Tacuarembó, Soriano, Treinta y Tres, Colonia, Maldonado, Artigas, Florida y San José, el PN es ampliamente favorito para ganar en setiembre.

Para el caso de Rivera, la historia de ese departamento, los últimos resultados de octubre y noviembre de 2019, y las características de los liderazgos locales de los principales partidos dejan entrever una preferencia por el Partido Colorado (PC) para setiembre. En todo caso, de ninguna manera se prevé allí un triunfo del FA. Quedan así para el análisis cinco departamentos del Interior en los que se pueden ver dos tipos de escenarios competitivos diferentes.

Por un lado, en Rocha, Río Negro y Paysandú, el panorama es más favorable al PN que en 2015. En efecto, los blancos en esos tres departamentos han generado acuerdos de sectores partidarios y una variedad de ofertas electorales que habilitan a una acumulación de votos promisoria para lograr vencer al FA gobernante. Infelizmente, empero, en ningún caso se logró una coalición electoral perfecta que asegure que todos los que dieron un amplio triunfo en el balotaje al candidato Lacalle Pou en cada uno de esos departamentos, voten juntos en las próximas municipales.

Por otro lado, en Canelones y en Salto, el FA tiene sus chances de poder ganar las elecciones en parte porque los partidos que conforman la coalición multicolor no acuden unidos a la elección. El razonamiento tiene al menos diez años ya, y fue defendido en estas páginas por las brillantes plumas de Rodolfo Sienra y Carlos Maggi: si el PC y el PN iban divididos a las elecciones, lo único que se lograba era darle una posibilidad cierta al FA de mejorar sus chances de triunfo. Para Canelones, los dados ya están echados, y favorecen a Orsi y a su futura proyección nacional. Para Salto, la división entre blancos y colorados es la que abre una posibilidad de victoria para el FA.

Si el resultado en alguno de estos cinco departamentos terminara favoreciendo al FA, estaríamos ante un error estratégico muy grande de los partidos que integran la coalición multicolor. Evidentemente, son decisiones que no se pueden digitar desde las dirigencias nacionales, y las lógicas locales son las que resuelven cómo comparecer a las elecciones. Sin embargo, una coalición unida hubiera potenciado mucho el triunfo, no ya en 13 departamentos para los partidos que hoy gobiernan, sino en 17 en total, es decir, en todos aquellos en los que el balotaje de noviembre fue favorable a Lacalle Pou. Un escenario así daría evidentemente una gran fortaleza al oficialismo, porque dejaría reducido al FA sólo a las administraciones del área metropolitana, y porque hay que pensar que circunscripciones como Salto o Paysandú, por ejemplo, son muy importantes en cantidad de votos en el total del país.

Para el caso particular de Montevideo alguien podría decir que a pesar de la coalición multicolor que allí se logró, ella no tiene asegurada la victoria. Ese argumento es corto por tres motivos. Primero, porque ya hoy la candidata con mayor intención de voto personal según encuestas es Raffo.

Es decir que el FA se favorece en realidad de una acumulación de tres candidaturas propias. Segundo, porque hace 30 años que la capital es frenteamplista, y lo volvió a demostrarlo en las elecciones de 2019. Y tercero, porque quizás para potenciar las chances de la coalición multicolor, habría que haber sumado 2 candidaturas más a la excelente de Raffo.

En cualquier caso, los escenarios departamentales del Interior muestran claramente que el FA disputará con más chance el triunfo allí en donde los partidos oficialistas no perfeccionaron una alianza que les asegurara sumar todos sus votos para ganar. La vieja coalición para ganar, que reclamaban Sienra y Maggi para todo el país, sigue pues más vigente que nunca.