Publicidad

Las clases medias vulnerables

Compartir esta noticia

No es novedad que se va definiendo un nuevo tiempo económico para el país. Por eso importa fijarse en qué situación están las clases medias luego de diez años de bonanza, y también qué perspectivas de cambios tienen a futuro.

Por estos días se presentó un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) "Clases medias en Uruguay - Entre la consolidación y la vulnerabilidad". Si bien lo que llamó la atención de esta presentación fue que prácticamente el 80% de los uruguayos se consideran de clase media, un análisis un poco más detallado da cuenta de la verdadera situación de la mayoría de los hogares del país.

En efecto, medido en base a datos del año 2012, el informe arrojó que más de la mitad de los uruguayos (51,8%) pertenecen a una clase media que se define como vulnerable. Esto quiere decir que tienen ingresos per cápita diarios que van de los $ 215 a los $ 640 aproximadamente. Redondeando, si una persona tiene una entrada mensual con un piso de $ 6.500 y un techo de $ 19.200, está dentro de este grupo social de clase media vulnerable. Con ello, sobre todo para los hogares más menesterosos de esta franja, el riesgo de caer en la pobreza es muy grande si la coyuntura económica pasa a ser desfavorable.

Estos datos vinieron a confirmar informaciones que ya se conocían desde hace tiempo. En noviembre de 2012 el Ministerio de Desarrollo Social solicitó al Instituto de Ciencia Política que realizara un estudio de la pobreza aplicando una medición multidimensional. Allí se delimitó un grupo definido como "clase media baja" caracterizado por su gran vulnerabilidad. Eran unas 160.000 personas en Montevideo y unas 210.000 en el interior urbano. La realidad es que estos 370.000 uruguayos formaban una clase media de características muy similares a los uruguayos que en 2011, según datos del INE, formaban parte de la población pobre del país (un total de 460.000). Allí también quedaba claro que si la coyuntura económica pasaba a ser desfavorable existía un gran riesgo de que rápidamente esta clase media vulnerable, tan numerosa, pasara a integrar estadísticamente el conjunto de uruguayos pobres del país.

Por si todo esto no fuera suficiente, la información del Instituto Cuesta Duarte del Pit-Cnt ratifica todos los años que sigue habiendo una proporción muy importante de salarios e ingresos muy sumergidos. En 2014, unos 690.000 ocupados percibían remuneraciones líquidas por debajo de los $ 15.000 mensuales, y representaban nada menos que el 41,5% del total. Cuando el análisis se centra en los asalariados, son cerca de 480.000 los que no alcanzan los $ 15.000 líquidos por mes, y representan cerca del 40% del total. Y la amplia mayoría de los dependientes uruguayos, el 58,7%, recibe salarios líquidos menores a $ 20.000 mensuales.

La sencilla conclusión de todos estos datos es que luego de 10 años de bonanza la mayoría de los uruguayos está en una situación de vulnerabilidad económica y social. Las perspectivas no son de mejora sustancial si se tiene en cuenta el cambio de coyuntura que se avecina. Y en este sentido, las pautas salariales fijadas por el Poder Ejecutivo para los próximos años tampoco parece que vayan a cambiar la situación.

Si bien es cierto que para 2018 el salario mínimo nacional estará en $ 13.430 y que hay aumentos diferenciales favorables a los salarios más bajos, las mejoras siguen siendo marginales. Por un lado, desde el Pit-Cnt, Fernando Pereira señaló que estos ajustes son bajos para los salarios menores a $ 14.000: unos $ 400 pesos al mes, equivalentes a un par de kilos de carne. Por otro lado, sabido es que las perspectivas de menor crecimiento económico y aumento de desempleo ya constatables golpean antes que nada a los trabajadores menos calificados, que son los que perciben salarios más bajos por ser los menos productivos. La moderación en el alza de estos salarios sumergidos tiene aquí como objetivo evidente evitar la pérdida de puestos de trabajo.

El escenario está claramente planteado. No hay perspectivas para que en los próximos años la mayoría del país, formada por las clases medias vulnerables, mejore su situación económica y social. La explicación de fondo es sencilla y debe ser señalada con claridad: es porque el Frente Amplio en el poder nunca fue a fondo en la reforma del gran instrumento de largo plazo que existe para las subas de ingresos, que es la mejora de la educación. Con ella, los trabajos son más productivos y los salarios pueden subir genuinamente. Allí está el gran debe.

Editorial

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad