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Van cayendo los mitos

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Durante muchos años el relato izquierdista que conforma la hegemonía cultural del país fijó los roles y las identidades de los partidos tradicionales a partir de mitos antojadizos. Esos mitos están hoy cayendo con el ejercicio del poder de la coalición multicolor.

Un primer mito era que los partidos tradicionales le daban la espalda al conocimiento técnico y científico. Para este relato, los verdaderos apoyos a la ciencia siempre eran izquierdistas, y las élites blancas y coloradas desdeñaban todo aporte que pudiera realizarse desde ese ámbito del saber.

La evidencia de estos cuatro meses de gobierno de la administración Lacalle Pou refuta completamente este relato: frente al desafío de la pandemia, rápidamente se conformó un brillante comité científico asesor que cumple un rol fundamental en las políticas que se definen para enfrentar este gran problema sanitario, económico y social. También, las señales políticas del gobierno han sido explícitas en el sentido de reconocer en esta particular circunstancia la labor destacada de los centros científicos nacionales.

Un segundo mito era que los partidos tradicionales no tenían amplios cuadros de gobierno suficientemente capaces de liderar una administración. Entre un Astori y una joven economista como Arbeleche, se decía por ejemplo, la diferencia era muy importante; entre el manejo político del Partido Comunista y un hombre sin experiencia política como Bartol, se hará evidente la superioridad de la izquierda; o entre la fuerte capacidad negociadora de un Frente Amplio (FA) consensualista y una novel coalición de cinco partidos, también se notará la supremacía de la izquierda.

Este mito también se cayó rápidamente. Con firmeza desde Economía se marcó el rumbo frente a los desafíos de la pandemia; con rapidez Bartol enfrentó las consecuencias de la crisis social de estos meses; con eficiencia se mostró claramente en el Parlamento que hay grandes mayorías, más amplias que las del FA gobernante, que respaldan a esta administración.

Un primer mito era que los partidos tradicionales le daban la espalda al conocimiento técnico y científico. Para este relato, los apoyos a la ciencia siempre eran izquierdistas, y las elites blancas y coloradas desdeñaban todo aporte desde ese ámbito del saber.

Pero además, distintos ministerios están mostrando liderazgos claves que notoriamente están a la altura de sus desafíos, como por ejemplo en el caso del papel de Defensa sobre todo en el patrullaje de la frontera; en el caso de Salud Pública, que cumple un rol clave en la mayor crisis de la que se tenga memoria en la materia; o para el papel que está desarrollando el amplio equipo de Educación y Cultura con relación al manejo de la situación de la educación en tiempos de pandemia.

Un tercer mito refiere específicamente a la capacidad política del presidente Lacalle Pou. Fue incluso reconocido explícitamente por parte de algún integrante de la izquierda luego de que el FA perdiera las elecciones, cuando señaló que desde ese campo político se subestimó la capacidad articuladora del actual presidente. ¿O qué otra cosa fue, por años, creer que se trataba simplemente de un fenómeno efímero de “pompita de jabón”, como lo calificó el ex -presidente Vázquez? Cualquiera recuerda también el botijeo que en plena campaña de 2019 hizo el ex -presidente Mujica sobre las pretensiones presidenciales del candidato blanco.

Este mito también se cayó estrepitosamente. No solamente porque ha quedado en claro para cualquiera que analice todo el proceso electoral de 2019 que Lacalle Pou tejió con maestría una amplia alianza que le permitió ganar la presidencia y disponer ahora de la mayoría parlamentaria más amplia desde 1985, sino también porque en el ejercicio mismo del poder es notoria la pericia con la que lleva adelante el gobierno.

La gente lo ha reconocido claramente, cuando le otorga hoy en día la mayor confianza a un presidente en encuestas de las que se tenga registro desde 1985. Y la prensa regional también lo reconoce ampliamente, y no solo en Argentina, ya que es evidente el buen manejo que ha hecho la administración Lacalle Pou de las consecuencias de la pandemia mundial. Sin embargo, quienes siguen sin aceptar estas evidencias son los mismos comentaristas izquierdistas que por años dieron manija al relato mitológico de que, por ejemplo, el actual presidente no calzaba los puntos para ejercer con eficiencia y responsabilidad el cargo de mayor importancia institucional del país.

La enseñanza de todo esto es vieja y conocida: no hay peor ciego que el que no quiere ver. El relato ideologizado de la hegemonía cultural de la izquierda nunca ha sido un análisis serio y bien fundado de la realidad del país, sino que ha sido un cuento lleno de mitos. Y todos ellos hoy están cayendo.

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