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Balotaje Raffo-Cosse

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El grave e inesperado incidente de salud que sufrió el candidato Villar del Frente Amplio (FA) a la intendencia de Montevideo ocurrió en un momento clave de la campaña. Seguramente se aceleren procesos electorales que ya se venían afirmando en las últimas semanas.

En efecto, el FA decidió comparecer en Montevideo con la mayor amplitud posible de candidatos a intendente. Cosse y Martínez ya contaban con cierta notoriedad, por haber sido candidatos a presidente en 2019, y en el caso de Martínez, además, por ir tras su reelección en el sillón municipal. La candidatura de Villar cumplía así un papel muy importante en la estrategia de la coalición de izquierdas: era la novedad que podía atraer al voto desencantado y de esa forma colaborar con el triunfo de todo el FA.

Sin embargo, el proceso de campaña se vio modificado por la emergencia de la pandemia. Por un lado, el que parecía a priori favorito dentro del FA fue perdiendo peso. No solamente porque el balance de su gestión es muy pobre, sino porque la credibilidad de sus promesas está muy menguada: ¿por qué el montevideano habría de creerle a Martínez cuando dice que ahora sí resolverá el problema de la basura endémica, o del mal transporte colectivo, por ejemplo, si en realidad ya lo había prometido en 2015, pasó cuatro años en la intendencia, y no resolvió nada?

La candidata de la coalición multicolor no está planteando ganar Montevideo para oponerse al gobierno nacional, como sí lo hace el FA, sino que apuesta a apoyarse en ese gobierno para avanzar en reformas sustanciales para la capital.

Por otro lado, la figura novedosa de Villar sufrió varios golpes muy duros, de los que además se sospecha que tienen origen en la propia interna del FA. Su capacidad de gestión fue puesta irremediablemente en tela de juicio y no logró ser creíble en sus respuestas- defensas. Luego, el pre- infarto que lo aquejó seguramente le impida ejercer el protagonismo que precisa para revertir la situación de opinión pública desfavorable en la que su candidatura se encontraba ya a fines de agosto. En definitiva, ni el descrédito que sufrió por su gestión en el hospital Maciel, ni su grave quebranto de salud lo ayudan a posicionarse como favorito del FA.

Así las cosas, la candidatura de Cosse, que ya había empezado a crecer en la interna del FA, seguramente se transforme en el polo de atracción mayor dentro de la izquierda. Si la candidatura de Villar se desinfla en esta recta final, como es probable, las características de sus apoyos sectoriales son más proclives a volcarse en favor de Cosse que de Martínez. También, si las encuestas reafirman en estos días que Cosse es la favorita dentro del FA, es muy posible que con el avance de la campaña esa confirmación se termine reforzando, ya que el voto moderado en favor de Martínez empezará naturalmente a plantearse la posibilidad de cambiar de opción partidaria. Porque, en definitiva, la gente se dará cuenta de que votar a Martínez, por la ley de lemas, implica en realidad dar el voto a Cosse para la intendencia.

Lo que está planteado en Montevideo es pues un balotaje tácito entre Cosse y la candidata de la coalición multicolor, Laura Raffo. Se trata de dos modelos de gestión muy diferentes. La candidata del FA, apoyada sobre todo por el Partido Comunista y por un Partido Socialista totalmente copado por su ala más radical y reaccionaria, no solamente presenta pésimos antecedentes en cuanto a su administración al frente de Antel, con los despilfarros conocidos de gastos de publicidad y construcción costosísima del Antel- Arena. Sino que, además, no brinda ninguna garantía de ser capaz de resolver los problemas que más afectan a los montevideanos y que son consecuencia de 30 años de gestión de la izquierda.

La candidata de la coalición multicolor no está planteando ganar Montevideo para oponerse al gobierno nacional, como sí lo hace el FA, sino que apuesta a apoyarse en ese gobierno para avanzar en reformas sustanciales para la capital. Además, Raffo ha definido una muy buena relación con el gremio de Adeom, tan necesario para poder cambiar la gestión de la intendencia. Y finalmente, ha demostrado que no le pesa la responsabilidad de liderar en la capital, que no está dispuesta a esconder los problemas de Montevideo, y que se precisa una renovación sustancial para transparentar una gestión frenteamplista llena de problemas y de irregularidades luego de tres décadas de poder.

Ni la candidatura de Villar ni la de Martínez están concitando los apoyos mayoritarios dentro de la izquierda. La elección de Montevideo se encamina a un balotaje Raffo-Cosse. Estamos a tiempo de que los montevideanos reaccionen. Hay que cambiar. Se puede tener un mejor gobierno también en la capital del país.

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