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Hacia un auge de la producción cultural

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En el momento en que escribimos esta columna, nos enteramos que la intendenta Cosse acaba de anunciar que el gobierno montevideano "acatará" el decreto del Poder Ejecutivo del 7 de enero pasado, que vuelve a autorizar la realización de espectáculos públicos en todo el país.

Declaraciones anteriores de la jerarca habían echado un manto de dudas sobre el tema, porque el decreto del presidente Lacalle, en acuerdo con el Consejo de Ministros, dejaba a consideración de los gobiernos departamentales solamente la extensión de hora de cierre de los servicios gastronómicos. Y la Intendenta de Montevideo había condicionado a su decisión no solo ese aspecto, sino también el referido a habilitar los espectáculos, cuando una institución como Cinemateca Uruguaya ya había vendido entradas para el rápido reinicio de funciones.

Es que aunque algunos digan lo contrario, por comprensibles razones de preferencia política, la verdad es que la conducción de la emergencia sanitaria ha atendido con particular cuidado a los hacedores culturales.

No hay que olvidar que desde el mismo 13 de marzo se ejecutaron medidas reparatorias para un sector como este, de altísima informalidad, contradictoria con su importancia en el desarrollo cultural de la comunidad y con la pompa declarativa que mereció de los anteriores gobiernos de izquierda.

Desde el Fondo Solidario Cultural "Ruben Melogno", que asistió a centenares de artistas de la música, visuales y de las artes escénicas, hasta los subsidios del Ministerio de Trabajo para los inscriptos en el respectivo registro de esa cartera, pasando por distintas exoneraciones y beneficios en servicios públicos para las instituciones culturales, mucho se ha hecho y se seguirá haciendo en auxilio del sector.

En las últimas semanas se ha incorporado un nuevo programa del MEC, "Butaca Solidaria", que está relevando las salas con aforo menor a 300 localidades para otorgarles compensaciones por su merma de ingresos en las funciones ofrecidas entre agosto y diciembre del año pasado.

Lo importante es que el gobierno no solo implementa medidas reparatorias sino que además, viene dando pasos firmes en la apertura de nuevas oportunidades para los creadores. Por eso fuimos el primer país de América Latina en reabrir los museos, espacios culturales y salas de cine, teatro y música, a partir de protocolos que fueron respetados a rajatabla por las instituciones, permitiendo que ni uno solo de estos espacios haya generado un brote de contagios.

Y así también debe analizarse el impactante auge que vive en estos momentos la industria audiovisual nacional, de la que ha dado cuenta la periodista Mariángel Solomita, en un informe publicado el sábado pasado en estas páginas.

Con encomiable eficiencia y el apoyo decidido de la Dirección Nacional de Cultura del MEC, el gremio que nuclea a las productoras audiovisuales logró la temprana aprobación de protocolos que habilitaran la realización de rodajes sanitariamente seguros en el país, lo que triplicó su trabajo durante el año 2020, atrayendo a relevantes players de la industria global, como Netflix, Disney, HBO, Sony y Amazon.

Con el apoyo del MEC, las productoras audiovisuales lograron la temprana aprobación de protocolos que habilitan la realización de rodajes lo que triplicó su trabajo en 2020 y atrajo a relevantes players de la industria como Netflix, Disney, HBO, Sony y Amazon.

"Estamos por primera vez liderando un sector tecnológico creativo de absoluta modernidad, que al mismo tiempo tiene un efecto multiplicador que refuerza otros factores de producción del país”, declaró el responsable del Instituto del Cine y Audiovisual (ICAU), Roberto Blatt.

Con ello refiere a un factor fundamental en la dinamización de esta industria: su enorme potencial de generar fuentes de trabajo para creadores y técnicos nacionales. Si hace unos pocos años, muchos padres desalentaban a sus hijos en el deseo de dedicarse a la actuación, el cine, la escritura de guiones, la música o el diseño, ahora queda claro que deberían incentivarlos a ello. Porque el auge de rodajes que está viviendo el país lleva a este sector a un nivel de desocupación cero y multiplica las oportunidades de filmar localmente o en coproducción con otros mercados, para alimentar la voraz demanda de las plataformas de streaming, acrecida globalmente por causa de la pandemia.

Los sistemas universitarios público y privado deberán recoger ese guante y fortalecer sus currículas en las carreras respectivas, para capacitar a las nuevas generaciones en los niveles de excelencia que reclama esta gran industria.

Será un salto formidable de la cultura uruguaya: salir del corral de ramas de los pequeños favores entre amigos políticos y jugar en la cancha grande de la demanda internacional.

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