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Astori y el supremo Plenario del FA

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EDITORIAL

El principal problema del Frente Amplio no es la renovación ideológica a la que dice aspirar el ministro Astori, es institucional. El que decide y manda, al Presidente de la República y a todos los legisladores, es el Plenario y este está dominado por el Partido Comunista.

Hace pocos días, el ministro Danilo Astori sacudió el tablero cuando se presentó como la "renovación" del Frente Amplio. No es que después de 13 años de gobierno del FA nos hayamos puesto demasiado exigentes con sus dirigentes, pero la verdad es que lo suyo fue una afirmación difícil de entender: Astori ha sido la figura más repetida en las administraciones del FA: dos veces ministro y otra vicepresidente parecen pergaminos suficientes como para decir que tiene muchísima responsabilidad en el Uruguay de hoy. Por acción o por omisión. Y de renovación no tiene nada.

En un reportaje de "Búsqueda", el ministro intentó explicar sus palabras (o su idea) y, de paso, anunció una vez más que no va a haber nuevos impuestos ni aumentos de impuestos; "lo que queda es el aumento de la actividad" dijo. Veamos ambas afirmaciones.

1) Renovación. "Tiene que haber una renovación ideológica y política en el Frente Amplio, no se puede seguir haciendo política con conceptos muy ancianos a esta altura (…) Seguir discutiendo el TLC con Chile hoy me parece una antigüedad".

Más allá de que estemos totalmente de acuerdo con la necesidad de que Uruguay firme el TLC con Chile y con quien sea —porque es lo que exige el comercio mundial en esta época—, el problema que enfrenta el FA no pasa tanto por "la antigüedad" de sus ideas (en eso estamos de acuerdo), sino que es institucional; es su condición de colcha de retazos y la diabólica integración de su Plenario, órgano máximo de ese partido, que garantiza el dominio de la militancia (Partido Comunista, MPP).

La mitad de sus miembros acceden por "las bases" por encima del caudal de votos de cada uno de los sectores en las elecciones nacionales, que solo dan derecho al otro 50% del Plenario. Lo que el pueblo, en ejercicio de la democracia y en su carácter de soberano elige a tra-vés del voto secreto y obligatorio, vale la mitad; como si un voto se convirtiera en medio voto como por arte de birlibirloque.

El Presidente de la República y todos los legisladores están obligados por las resoluciones del Plenario. Como decía el inolvidable Carlos Maggi, "los tres poderes que prevé la Constitución se ven reducidos a dos —pobre Montesquieu, completamente humillado— a la hora de decidir en Uruguay: el Plenario del Frente Amplio y el Poder Judicial que escapa a la autoridad del Plenario, por ahora". Y Maggi remataba: "El Plenario nada tiene que ver con el poder democrático, es su antítesis".

Y es este órgano el que decidirá la política exterior (o cualquier otro tema) de Uruguay y la suerte de su inserción y presencia comercial en los mercados del mundo. Como el Partido Comunista es abiertamente contrario a todo lo que signifique libertad (un concepto muy liberal), se ha opuesto al TLC con Chile o con quien sea. Y que el Partido Comunista se renueve y cambie su ideología no existe. Así que chau.

2) Impuestos. Un verso repetido. ¿Por qué creerle al perjuro? Lo anunció —y Tabaré Vázquez también— en la campaña electoral a la hora de captar votos y lo reiteró tres meses después de haber asumido por segunda vez el ministerio de Economía. Ahora se acordó de "la gente que está sustentando con su esfuerzo el aumento de la presión fiscal". Sí, ministro, de la presión fiscal producto del clientelismo desembozado del FA. ¿Por qué va a cambiar? ¿A menos de dos años de las elecciones va a suspender el clientelismo cuando antes no lo hizo? Nada hace pensar que ahora sea verdad y además, no será Ud. el que decida la suerte de los bolsillos de los ciudadanos: será su Plenario, el Plenario del Frente Amplio que es quien manda.

En conclusión: Astori ha sido hasta ahora un soldado del FA, dispuesto a cumplir silenciosamente la tarea que se le indique. Su sector, Asamblea Uruguay, ha sido el más servicial a la hora de callar sus posiciones y adaptarlas a las exigencias de la mayoría —lo cual no está mal— o, si estas no se logran, del Plenario dominado por los comunistas y su esmirriado respaldo electoral.

Pero hay una cosa que está clara: si Danilo Astori aspira seriamente en su renovación a aprobar el TLC con Chile (ese que gestionó directamente el presidente Vázquez), no tiene ningún problema: están los votos. El sector "Todos" de Lacalle Pou ha anunciado que votará el Tratado y no tenemos dudas de que también lo harán el sector de Jorge Larrañaga, el Partido Colorado y el Partido Independiente.

Sobran los votos en el Parlamento, solo faltan voluntad y coraje.

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