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¿La alternativa desde la alcaldía?

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Montevideo precisa avizorar una alternativa política creíble que dé esperanzas a sus vecinos de que pueden votar por un equipo de gobierno diferente y capaz de gestionar mejor la ciudad.

Por mucha buena publicidad que tenga el intendente Martínez en una izquierda que ya lo ve como precandidato presidencial, lo cierto es que su administración de Montevideo no es buena. Abundan los ejemplos que muestran las dificultades y la falta de capacidad de gestión de quien ya dejara muchas dudas como ejecutivo eficiente al frente de Ancap. Primero, en la conformación de sus equipos de gobierno, que cada pocos meses están rotando de puestos a la vez que renovándose parcialmente. Martínez revela así que no tenía equipo definido y bien rodado antes de asumir la intendencia. Además, muestra también que la intendencia es una especie de seguro de paro encubierto para distintos jerarcas nacionales que fueron dejados de lado y reaparecen entre los jerarcas de 18 de Julio y Ejido.

Segundo, en la falta de resolución de problemas de larga data a los que Martínez en campaña se había comprometido a enfrentar con éxito. El de la basura es apabullante. Resulta que ahora, ya al mando de la intendencia, Martínez siquiera asegura que para este 2017, a más de dos años de iniciada su gestión, pueda cambiar el sucio panorama de Montevideo. Además, apenas se hurga un poco en el tema aparecen noticias desoladoras sobre su falta de capacidad de gestión.

Fue el caso por ejemplo de lo que informó Búsqueda el jueves pasado. En 2012 la intendencia adquirió seis nuevos camiones para limpiar contenedores de basura, pero esos vehículos tuvieron inconvenientes y nunca funcionaron del todo bien, de hecho, porque no han estado operativos. En zonas como Pocitos, Punta Carretas, La Blanqueada y otros barrios que forman el Municipio CH, gran parte de los contenedores de basura no son lavados desde hace al menos dos años. ¿Fue pequeña esta inversión tan mal hecha? En realidad no: la intendencia gastó cerca de 2 millones de dólares en esos camiones que nunca utilizó del todo bien. Y aún hoy, bajo la administración Martínez, no terminan de funcionar correctamente.

En el transporte público hay dificultades similares. En la última interpelación en la Junta Departamental, Martínez dijo estar "preocupadísimo" por este tema. Sin embargo Barrios, el edil interpelante, mostró que en 2015 se destinaron 376 millones de pesos para subsidiar el boleto y que en 2016 fueron 333 millones. La intendencia se ahorró así dineros del subsidio a los boletos, a la vez que por otro lado les aumentó el precio desde 2015 a prácticamente el doble de lo que aumentaron los salarios.

Además, las quejas de los vecinos por el servicio de transporte siguen siendo las mismas de siempre, sin que la intendencia logre encontrar soluciones. Dentro del municipio CH, por ejemplo, una reciente encuesta informó que los montevideanos están desconformes por la demora de los trayectos y también por la suciedad de las unidades. La preocupación de la intendencia es que la gente toma menos ómnibus, pero el problema es que si el servicio no termina de ser eficiente y bueno, lo que ocurrirá es que apenas pueda, el vecino de Montevideo intentará buscar otras soluciones para moverse por la ciudad.

De todo esto el intendente está perfectamente informado. La semana pasada hubo cabildo abierto por parte del municipio CH. En presencia de Martínez se informó de los resultados de esa encuesta general a los vecinos que viven o transitan en ese municipio de Montevideo. La recolección de basura, la limpieza, el tránsito y la seguridad siguen siendo los principales problemas a resolver, con dos de cada tres residentes del CH que creen, por ejemplo, que la limpieza y recolección de residuos allí es "muy mala".

La clave es saber que esa limpieza y recolección de residuos es responsabilidad de la intendencia y no del municipio. En este sentido los resultados de la encuesta son claros, porque los vecinos hacen la diferencia entre la mala gestión de la intendencia y la buena gestión de la alcaldía CH. En efecto, según esta encuesta, el 43% de los residentes en el CH aprueban la gestión del municipio y solo el 17% la desaprueba, lo que contrasta con un porcentaje de aprobación para Martínez que ha bajado en estos meses y que es menor al del alcalde del CH.

Montevideo precisa avizorar una alternativa política creíble que dé esperanzas a sus vecinos de que pueden votar por un equipo de gobierno diferente y capaz de gestionar mejor la ciudad de lo que han sido las experiencias de estas décadas decadentes frenteamplistas. La buena gestión de los alcaldes del Partido Nacional puede ser la base para esa alternancia posible.

EDITORIAL

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