@|¡Volvió el fútbol! Finalmente.

Después de ver durante meses periodistas y programas deportivos intentando llenar espacios televisivos con prácticamente nada, vuelve el fútbol.

Para muchos el regreso al trabajo y la actividad; para otros, la pieza faltante para darle nuevamente un sentido a la vida cotidiana. Tratativas, reuniones y demás lograron un protocolo sanitario para revivir la pasión futbolera.

Surgieron varios anuncios televisivos y demás, donde exhortaban a no concurrir a las afueras de los estadios. “Quédate y míralo desde casa”.

Entonces me pregunté: ¿y dónde lo veo?

Como es sabido, es solo una la empresa que tiene el monopolio de la transmisión televisiva del fútbol uruguayo.

Siendo hincha de unos de los cuadros llamados “grandes”, me vi en la circunstancia de no poder verlo en mi casa como exhortaban, ya que no tengo posibilidades económicas de contratar televisión por cable u otro medio pago que transmitiera el partido. Por lo cual, me vi obligado a concurrir a un bar cercano para poder mirarlo.

Al llegar noto que, al igual que yo, muchas personas no tenían la posibilidad de verlo en sus casas, por lo que tuvieron que trasladarse a otro sitio. Es allí que caigo en la cuenta de que el lugar estaba lleno de gente, ninguno con tapabocas dentro del local, ni manteniendo la distancia exhortada.

Entonces pregunto: ¿no debería haberse transmitido por canales de aire, ya que el partido se jugaba a puertas cerradas y sin público?
¿Nadie pensó que las personas que no tenían posibilidad de verlo concurrirían hacia algún lugar que lo transmitiera?; abarrotando bares u otros sitios, sabiendo lo que significa el fútbol para los uruguayos.

La camiseta contra el Covid-19 no parece importar mucho, cuando surgen los intereses económicos.

¿Por qué la empresa monopólica no decidió poner su granito de arena en la situación que se está viviendo?

No vi a ningún periodista deportivo, esos que esperaron tanto la vuelta del fútbol, comentando en ningún medio por qué no se planteaba la idea de televisar algunos partidos por canales de aire.

En fin, como siempre, unos pocos nos manejan como corderos desesperados por el fútbol.