@| Votamos para cambiar, para rescatar lo bueno que aún queda, para salvar los valores que trascienden, qué importan, qué no se negocian.

Este domingo en una jornada perfecta de civismo, los uruguayos volvimos a sentirnos parte de un todo al que transformamos y pertenecemos. Fuimos, somos y seremos un pequeño gran país en donde sabemos cumplir con el respeto, con el límite a tiempo y con la esperanza. Este es un gran momento para el país, un momento en el cual se unirán varios y diferentes partidos en pos de un modelo mejor, cada uno con su línea original y diversa estará controlando y siendo controlado. Se acaba el tiempo de las mayorías absolutas en las decisiones. Habrá que discutir, habrá que esforzarse, habrá que negociar y de eso se trata la “Democracia”. Este domingo, todos nos quedamos hasta tarde para ver qué pasaba con los candidatos, vimos a un Martínez frustrado y ofuscado que solo abre la boca para sembrar discordia, miedo y rencor. Vimos a un Luis Lacalle, emocionado y feliz, tendiendo puentes y proclamando acuerdos. La ciudadanía deberá elegir entre un partido desgastado por 15 años de un poder absoluto que corrompió y mal utilizó, y un partido con fuerzas nuevas, nuevas formas y la unión de muchos en pos de la unión de “Todos”.

¡Salud Uruguay!, a elegir con la mente puesta en el futuro, un futuro que aguarda y no espera.