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Los vicios de la democracia

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@|Estamos muy acostumbrados (embrutecidos) a hacer gárgaras retóricas inconsistentes relacionadas con dos valores absolutos como son la Democracia y la Libertad; a tal punto que estamos soslayando a veces impensadamente la causa de su existencia y el sentido de la misma.

Estamos sustituyendo el contenido de tales valores con la inmadurez, la irracionalidad, el sectarismo y la deshonestidad.

Ello constituye el motivo por el cual el electorado viene perdiendo exponencialmente su capacitación para ejercer la Democracia, transformando a ésta en inoperante por ausencia de votos calificados y convirtiendo la Libertad en algo que no es tal, sino un engendro libertario.
Con estas reflexiones no queremos ni inducir ni justificar ninguna clase de totalitarismo. Por el contrario, deseamos que los votantes de la oposición que en la primera instancia electoral sufragaron contra el actual gobierno y un país que no queremos, no voten “más de lo mismo”, eligiendo nuevamente a quienes repudiaron en la primera vuelta.

De cambiar el voto, ello sería una postura sectaria “por no votar a un Lacalle”.

Dicho acto contribuiría al aumento de un caos futuro de imprevisibles consecuencias.

Nosotros no votamos a Lacalle el último 27 de octubre. Pero mirando hacia el balotaje la cosa cambia sustancialmente. Al votarlo no votamos al hombre, sino a todo un sistema opositor que gobernará en coalición. Esa propia condición de alianza gobernante no sólo contribuiría con aportes de gobierno sino que lo haría como fiscalizadora para neutralizar la repetición de entuertos -si es que existieron- de algún gobierno blanco anterior-.

La mayoría parlamentaria que tendrá en el próximo período de gobierno la actual oposición, asegura un gobierno racional y respetuoso de todos los derechos. Si triunfa Lacalle. Porque si gana el oficialismo comunista su posición minoritaria en el Palacio de las Leyes agravará el infierno previsto.
Asimismo, no debemos olvidar que, como dicen los comunistas dándonos increíblemente la razón: “el miedo no es la forma”. Exacto. No podemos seguir viviendo con miedo debido a un gobierno actual que no quiere solucionarlo, y hace “política” con los delincuentes. El plebiscito demostró a pesar de no aprobarse la reforma, que la Seguridad es la gran prioridad nacional y superó en votos a todos los candidatos.

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