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Vecinos del Cordón

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@|¡Los vecinos del Cordón necesitamos respuestas!

Como vecino del Cordón, en más de una oportunidad debí recurrir a los teléfonos del Mides para alertar, denunciar o informar sobre distintas situaciones abusivas, lamentablemente muy comunes en nuestra zona.

Debo reconocer que siempre fui bien atendido y que en la mayoría de las ocasiones logré respuestas positivas. Pero en otras ocasiones debí acudir también a esta página, para lograr respuestas -mediante la difusión pública - ante hechos que desbordan las atribuciones del Mides, de la policía y de los propios vecinos por requerir de instancias mayores de las autoridades nacionales.

Tal es el caso de la presente denuncia, la cual recoge solicitudes e inquietudes de varios vecinos del Cordón, seriamente perjudicados por las actitudes agresivas de una muchacha (Marilyn), quien producto de padecer serios problemas mentales y algunos físicos, se descarga contra el resto de los vecinos, insultando, pateándolos, tirando piedras hacia los locales comerciales y últimamente en un desafuero total: la emprendió contra un local recientemente instalado, partiéndole a golpes de palo el vidrio mayor de su fachada hacia la calle Rivera, entre Miguel del Corro y J. de Salteráin.

¡Esto ya es vandalismo!

Quiero dejar constancia que si bien en varias situaciones esta persona fue denunciada a la comisaría zonal, también varios vecinos hemos intentado entablar con ella una actitud humana y solidaria, hablándole, escuchándola, aconsejándola y hasta ayudándola económicamente. Pero el problema nos desborda a todos.

Los funcionarios policiales, aún con buena voluntad y profesionalismo, no pueden tomar medidas mayores más allá de detenerla unas horas, pues el problema no es de delincuencia razonada, sino de una mente enferma que no controla sus actos, derivados de su propia situación de resentimiento e impotencia social.

No es un problema policial, es social.

Tampoco los vecinos, pese a nuestra mejor voluntad, logramos resultados más allá de algunas pocas semanas de paz y tranquilidad. Comprendemos que es un ser humano degradado, vaya a saber porqué circunstancias, y reconocemos que merece, como cualquier compatriota, un lugar adecuado a su situación, en algún lugar del Estado.

Pero ya no podemos seguir tolerando ni las pérdidas económicas de pequeños comerciantes que hacen un enorme esfuerzo para ganarse la vida ofreciendo un servicio a la comunidad, ni los destratos personales propios de quien no controla sus actos y agrede y perjudica a la comunidad.
Solicitamos pues al Mides y al resto de las autoridades nacionales, que se tomen las medidas necesarias y se interne a esta persona, en forma urgente, brindándole el trato adecuado, por el cuidado de su salud personal, y por el bienestar merecido de los habitantes de nuestra zona. Además, dicha compatriota pernocta en las entradas de nuestras casas, locales y edificios de apartamentos.

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