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Vacuna y adultos mayores

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@|De los efectos de la pandemia en toda la población, pero en especial en adultos mayores, no es necesario extenderse debido a que es ampliamente conocido que es el grupo etario más afectado y del cual surge el mayor número de muertos. De estos, en Uruguay, solo uno de cada seis muertos, adultos mayores, estaba institucionalizado.

Por esta razón, en prácticamente todo el mundo, comparte el primer grupo a ser vacunado, o el segundo lugar.

En Uruguay lo que, por ahora se sabe, es que primero para ser vacunado estará el personal de la Salud, lo cual es incuestionable, en segundo lugar los ancianos institucionalizados.

Lo que sí no se puede compartir es que se desplace a los adultos mayores no institucionalizados para dar lugar al personal de la enseñanza antes. No se duda de la importancia de éste, de la importancia de la educación, pero ante esto, la prioridad debe estar en la Vida; vida precisamente de los más vulnerables.

Cómo puede ser que se deje para tercer lugar, y podría ser cuarto o más, si se atienden los múltiples reclamos de prioridad, que se difunden en los últimos días (transporte, construcción, Poder Judicial, Departamentos específicos).

Como dije más arriba, 5 de cada 6 adultos mayores que mueren por el Covid-19; no estaban institucionalizados cuando se enfermaron.

¿Se hizo, acaso, el cálculo de cuántos adultos mayores no institucionalizados contraerán Covid-19 y cuántos morirán mientras se vacuna a todos los empleados de la educación?

¿No importan estas vidas?

Desgraciadamente desde hace muchos años, Uruguay arrastra una gran deuda con los que nos dejaron el Uruguay de hoy, pero actualmente no tienen voz ni quién los represente.

La situación mundial de la enseñanza por la pandemia no ha hecho que otros países la priorizaran frente a la vacuna a los adultos mayores. Y el grupo de la enseñanza no está en la franja etaria de los que más se enferman.

Que la enseñanza espera una gran reforma para volver a ser lo que era, o acercarse a serlo, es innegable. Hay que adecuar la enseñanza a los tiempos actuales, pero esto se puede hacer perfectamente desde ya.

Esperaría que las autoridades se acordaran de esa población, la más afectada por las muertes, y por todos los sacrificios que le impone a los aún libres de Covid-19 en sus últimos años en este mundo. Que no se vean, nuevamente postergados, y esta vez, en su derecho a la vida.

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