@|La semana pasada se colmó mi capacidad de asombro.

Venía razonando que en mis 72 años viví varios cambios de gobierno, soy más consciente de los siguientes: Dictadura a Sanguinetti, Sanguinetti a Lacalle, Lacalle a Sanguinetti, Sanguinetti a Batlle y Batlle a Vázquez, en ninguno de esos cambios se escuchó a quienes dejaban el gobierno opinar sobre lo que debería hacer o dejar de hacer el nuevo gobierno, ni que el gobierno que se retiraba por acción u omisión perjudicase al que ingresaba.
En éste que está sucediendo hablaron, como nunca antes, los ministros que cesaron ni los distintos directores de empresas públicas.

Además decidieron no hacer los ajustes tarifarios que siempre se hacen el 1° de enero, generando un déficit en los ingresos.

Pero como si eso no fuera poco, la semana pasada en todos los informativos apareció la presidente de Ancap, anunciando utilidades por 30 millones de dólares, olvidando mencionar la deuda de 900 millones de dólares con rentas generales que recibió para tapar el déficit que dejó Sendic. Y como despedida opinó que el próximo gobierno podría bajar el precio de los combustibles, porque debido al coronavirus bajó el petróleo.

Hasta aquí hechos objetivos, lo que sigue es mi opinión subjetiva.
Se fueron sembrando discordia, en una actitud partidista jamás vista en Uruguay. Ni siquiera la dictadura fue tan desleal y antipatriótica.