Tuve el placer el jueves 29 de estar presente en el Antel Arena y tener la oportunidad de ver y apoyar a los “12 Magníficos” que representaron la selección de Puerto Rico ante Uruguay. Aunque el resultado para mi personalmente no fue el esperado, este coqui transplantado (el coquí es una ranita que nos arrulla con su canto por las noches en la isla) a este lindo pedazo de tierra al cual llamo mi hogar, aquí en Uruguay, disfrutó mucho el partido. Más que eso, disfruté mucho del calor y el cariño uruguayo. No estoy seguro si era el único Boricua en las gradas, pero pude alentar y apoyar a mi selección puertorriqueña con uruguayos a mi alrededor con conocimiento del deporte, y aprecio del respeto ajeno y con mucha paz. Las instalaciones están muy bonitas y no tienen nada que envidiarles a ninguna en el mundo. El personal adentro del Antel Arena muy cortes, muy amables y dispuestos a ayudar.

En los tiempos que vivimos, donde en las noticias “del otro lado del río” se habla de jugar un partido de una final entre dos equipos del mismo país en otro continente, es motivo de elogio la clase que posee el fanático uruguayo que vi ayer.

Gracias Uruguay por la linda experiencia. La próxima si comparto un mate. ¿Ta?
¿Lo dije bien...?