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UPM

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@| Es triste ver a qué hemos llegado como país gracias a los “iluminados” del FA. Mientras en la Universidad de Panamá al Sr. Mujica le entregan un “cartoncito” por sus “logros” como presidente, debe ser la primera vez en la historia que distinguen a un presidente por hacer “pelota” la economía de un país en pleno crecimiento (la verdad que sí, todo un logro). 

Mientras “el Pepe” viaja por el mundo como “Celebrity star” para que le palmeen la espalda (cosa que le encanta), en el Uruguay hacen malabares para poder tratar de tapar el agujero que dejó. Tal fue el descalabro de su administración que ahora el Dr. Vázquez tuvo que ir de rodillas a Finlandia a pedir por favor que nos den otra papelera (hubiera sido mejor que fuera de rodillas a San Cono a implorar más trabajo, es más cerca y más barato).

Resulta que cuando uno sale a mendigar algo, generalmente le van a pedir algo en contrapartida, y las condiciones son siempre desfavorables para el que suplica. UPM vino (con el sartén por el mango) y demandó un rosario de cosas que el gobierno deberá cumplir sí o sí para dejar contento a los finlandeses. Trenes, rutas nuevas, puerto, cables de alta tensión y la frutillita de la torta, que UTE le compre el excedente de energía a USD 72 el kilowatt (cuando UTE lo compra a USD 20) ¡y encima UTE tiene que costear la obra del cableado a la planta! (150 millones de dólares); de Ripley. 

En resumen, el Estado (o sea a todos los uruguayos) va a tener que poner no menos de 2.500 millones de dólares para que UPM decida (o no) instalarse en el Uruguay, dentro de una zona franca obviamente, mientras a usted señor empresario uruguayo, el estado le cobra por todo (y por adelantado) a cambio de nada. 

Yo pensé que estos negociados se hacían en los 90 con gobiernos “neoliberales” de los que tanto predicaba el Frente Amplio. Otro “brillante” negocio del FA, como lo fue el de Pluna o Aratirí. 

Es increíble ver como un gobierno que se dice “progresista” ha vendido o tratado de vender el patrimonio oriental a las multinacionales. El agua a UPM, el mar a los chinos, la tierra a Aratirí y el aire a López Mena. 

¡Lo bueno es que cada vez les queda menos para irse para nunca más volver!

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