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Tragicomedia

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@|Soy un integrante más de la población nacional y deseo exponer mi pensamiento ante una tragicomedia literaria de otra época, con mentes muy alteradas, al carecer de un adjetivo mejor, en referencia al presente.

Todo el país está en vilo por la decisión a tomar respecto a un senador electo por el pueblo y sus derivaciones. Todo envuelto en historias inventadas, medias verdades, otras escondidas. Medio siglo de discordancias con un envoltorio político venido de afuera, que se entronizó en el país. Campo fértil para las disidencias de otras partes y aprovechadas aquí, con fines que nos llevaron a un estado de situación lamentable, derivado en un desastre nacional, porque otro calificativo queda pequeño.

Se gasta papel, tinta y otros medios para un negocio periodístico, mayoritariamente, pero no bueno para la Nación. La singularidad es haber destapado cloacas y la gente, si es que piensa, comprueba que hemos vivido una triste película, cuyo libreto fue creado con fines muy oscuros; donde el tiempo y el silencio de quienes sabían que eran realidades, han intentado tapar el sol con las manos. Donde el estado de deterioro derivado atosiga la vida nacional, resultado de la impronta impuesta. Cierta similitud a lo que viven hoy ciertos países sojuzgados de esta América, ejemplos a considerar para no caer en él.

La pandemia imprimió cambios urgentes. Hay que desperezarse y pensar en el país del presente, su gente y su inserción al trabajo, en la región y en el mundo. Un país que mire y apunte al futuro. Necesitamos de una enseñanza en serio. Los cambios que se vienen hay que aprovecharlos y sumarlos a la vida nacional con el valor agregado que las mentes nacionales le pueden dar. El gran ejemplo lo ha dado y está dando la ciencia, con sus aportes en la lucha contra el virus. Una realidad que antes no se conocía pero sí existía, aunque no apreciada y que expresa que aquí sí se puede, si se quiere.

En este ejemplo me detengo; no es la política la que mueve a los científicos, sino su fervor nacional y la capacidad que han demostrado al mundo.

Por lo tanto, existen lugares y personas en este territorio, donde la gente se desarrolla y son un ejemplo a seguir. Hay que cerrar las cortinas del teatro y aplaudir a los que progresan; y tomar esas líneas de pensamiento y trabajo.

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