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Todos podrían bailar

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@|Yo no creo que miles, cientos y miles más abandonen un país por una mera causa política o diferencia de pensar con el régimen de turno.
Sino que creo que para que tantos y tantos emigren hasta caminando con sus familias a cuestas y nada más, tiene que haber algo más que política.
Es que esa política lleva acarreado un sistema económico desastroso, en donde ya no es que se vive mal sino que directamente no se vive. 

Una política económica que se acorrala a sí misma, en donde la escasez se tornó habitual y ya lo esencial a la vida no se puede conseguir o pagar. 

Es por eso que literalmente Venezuela se está quedando sin gente. 

Brasil, uno de los vecinos con límite terrestre, está absorbiendo tal corrida, sobretodo de todos aquellos ciudadanos que no cuentan con más recursos que el de escapar caminando de tal situación. 

Ahora bien, todos podrían bailar, sí, como lo hizo el famoso futbolista, de ideas comunistas, izquierdistas, etc., pero que como todos vive como el mejor rey de derecha. 

Claro, como no bailarían los ciudadanos venezolanos si vivieran como él.
Si tomaran champán, viajaran en aviones privados, si tuviesen dólares en lugar de bolívares, si tuviesen varias propiedades, vehículos de lujo, si no se tuvieran que preocupar por comer, creo que no pararían de bailar toda la vida. 

Es fácil festejar cuando luego me tomo el avión y me voy a un país en donde vivo de otra forma, en donde la opulencia manda, en donde el lujo se ve por doquier, y la única preocupación debe ser mantener húmedo el habano que le regaló Castro... 

En fin, muchos fueron y muchos son los que festejan con un pensamiento, pero claro, viven totalmente opuesto. 

Lo hemos visto en muchos países y en el nuestro también. 

Muchos viajan a Cuba y pasan espléndido, disfrutan como locos y se llenan la boca del régimen, pero claro van a hoteles cinco estrellas, la mayoría con “all inclusive” y nunca tuvieron que comprar un cuarto de arroz, un sólo rollo de papel higiénico por mes, un único jabón, y no de tocador, etc.
Me imagino al futbolista tomando agua de la canilla, comiendo arroz solo, sin Internet, andando en bicicleta, descalzo; a ver si tendría ganas de bailar... 

Que tomada de pelo, nadie se apiada de la gente, de los niños, de nada, ni de nadie.

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