@|En 1976 construí junto con mi familia el Tennis Ranch Club, en Punta del Este. Fue un éxito de convocatoria. Pero no me cerraba que fuera una obra importante para solo el verano.

Una mañana desperté con un sueño: Porqué no ofrecer, en Punta del Este, una universidad internacional “Sin construir un solo m2”.

Y, ¿cómo puede ser eso?

Así: de abril hasta diciembre los apartamentos y casas están en su mayoría desocupados, lo mismo los hoteles, con sus lobbys que bien pueden servir de aulas. Lo mismo los clubes de tenis, de golf, etc. Los cines cerrados en esos meses que pueden ser auditorios perfectos y, en ciertos horarios abiertos a esta juvenil concurrencia… dejo lugar a la imaginación del lector. En 1982, a un profesor mío de facultad le gustó la idea y me hizo una reunión con el entonces Ministro de Economía, Vegh Villegas, a quien también le gustó. Pero, como muchas veces pasa, ahí quedó.

Después de ver los reportajes de vuestro Presidente con varios periodistas, su impronta transitando el sentido común pero con una tendencia hacia una equilibrada innovación; ¿no se sumarán estas ideas a alguno de su planes? El tiempo lo dirá.