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Sucede en José Ignacio

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País de turismo

@| Tengo la suerte de veranear hace más de 20 años en este paraíso. Y soy de esas personas que se enamoró antes de que sea el lugar más “top” de Uruguay.

La entrada a la playa brava ya es imposible de acceder. Entre los truchos que tienen un “valet” parking que tienen carteles que dicen que es espacio reservado para el ingreso de proveedores, pero en realidad te cobran millonadas para los ricos que no quieren caminar más de 10 metros. Todavía no entiendo cómo compraron ese pedazo de calle. Los proveedores del parador descaradamente arrancan a descargar a las 9 de la mañana impidiendo el paso a los que venimos a vacacionar, en vez de hacerlo en horarios lógicos como sería a la madrugada como cualquier hijo de vecino. Pero se abusan y hacen lo que se les canta la gana. 

Los vendedores ambulantes no tienen mejor idea que deambular por la playa y estacionarse en lugares insólitos, tapándonos la vista al mar a todo el mundo. Y como si fuera poco, ahora los que alquilan sombrillas y reposeras cada vez se ponen más adelante ocupando la playa entera.

¿Es realmente una playa pública?

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