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Se siguen yendo

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@|En las malas, y en las “aparentes” buenas, los uruguayos se siguen yendo. 

Digo en las aparentes buenas, porque no todo es plata en la vida, y las nuevas generaciones bien lo saben, caso de los Millennials.

Hoy día, estos jóvenes tienen una tabla de valores distinta a los más veteranos, a los viejos que dominamos en cantidad casi. 

Les atrae y tranquiliza más un buen horario laboral, un trabajo free lance, tareas realizadas a tiempo y forma que les produzcan más efectividad y no cumpliendo horarios u órdenes de superiores no agiornados.

Su visión de la vida del placer, de los compromisos, etc. son ya muy distintos a los de los jefes, directivos o dueños de viejas empresas obsoletas en materia social.

Complicado en un país tan pequeño, con una complicada ecuación etaria (un país envejecido), poder solventarse en un futuro no muy lejano.
Si no se toman medidas urgentes para retener a esta juventud, sobre todo cerebros que emigran, se verá complicada la distribución de ingresos para poder mantener la gran carga social demandada por las jubilaciones. 

Un buen sueldo no lo es todo para estos ambiciosos jóvenes que buscan otra libertad laboral, con nuevos parámetros, con más flexibilidad, agregado a la seguridad, calidad de vida, buscando un techo más alto al desarrollo de sus profesiones.

No quedar estancados ni mentalmente, ni laboralmente, ni socialmente.
Buscan otros horizontes en los que se les admita crear sin críticas, divagar en sus proyectos, etc.

Nuestro pequeño país hace mucho se ha detenido, la mayoría de los grandes empresarios se han quedado en el tiempo, exigiendo viejas costumbres como formas de trabajar, perpendicularidad en los mandos que ya no se usan en los países de primera.

Ni siquiera en la forma de estudiar se han tomado medidas, exigiendo obsoletos exámenes, repetir por memoria, cumplimiento de horarios
(no efectivos para el aprendizaje ), normas y costumbres del lejano pasado.
En fin, nuestras autoridades deberían recorrer el mundo y aprender qué es lo que ellos hacen, para poder transformarnos y tratar de no llegar a que la ecuación social nos de igual a cero.

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