@| Salir es algo que nos ocupa, nos distrae y sin duda nos satisface. Estar entre 4 paredes, permanecer en casa solos o acompañados de los “de siempre”, es algo que en estos tiempos le ha transformado la vida a muchos.

Si algo deberíamos aprender en esta crisis es a valorar “la salida hacia adentro”.

Y te preguntarás, ¿hacia adentro? Pues sí, “salir” a tu interior, tú gente, tú familia, tú hogar, tus propias metas, tus pendientes, tus miedos. Es una oportunidad única de convivencia, forzada o no, pero convivencia al fin.

Deberíamos interpelarnos, entrevistarnos y conocernos mucho más de lo que el diario y vertiginoso pasado próximo nos permitía. Estábamos rodeados de gente la mayor parte de nuestros días, personas que quizás no nos interesan o cumplen esa función tan simple de figurar sin realmente “estar”.

Pero, ¿qué pasa en casa? ¿Conocemos a quienes nos acompañan en la vida, puertas adentro? Usar esta crisis para acercarnos a ellos a pesar de las distancias es algo grandioso, que podrá modificar nuestro futuro próximo.

Va a aparecer una vacuna, eso es una certeza, no sabemos cuándo ni en qué circunstancias, pero sí sabemos hoy, que lo que está pasando con el Covid-19 puede volver a pasar en cualquier momento con otro virus desconocido. Sabemos también cómo y con quiénes vamos a estar. Por lo que es imperioso respetarnos, asumirnos, comprendernos y eso se torna imposible sin conocer a quienes nos rodean. Aprovechemos esta crisis, aprendamos de ella, para que la “nueva normalidad” sea más que metros de distancia y el futuro nos descubra más empáticos, más solidarios y más libres, hacia adentro.