@|¡Qué bueno que se solucionó, según informó El País, el problema de los ruidos abusivos en la ramblita de Piriápolis.
No ha ocurrido lo mismo en la Rambla de Punta del Este, a la altura del Faro. Sábados y domingos por la tarde y noche, jóvenes en autos tuneados, vidrios polarizados y parlantes gigantes en sus baúles aturden, con su música a todo volumen, a quienes vienen a disfrutar un tranquilo atardecer y a los vecinos que desean dormir o descansar.