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¿Rostro de piedra?

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Monumento a Tabárez

 El Intendente de Montevideo, el Ing. Daniel Martínez, dio el visto bueno para la creación de una escultura de Oscar Tabárez que será colocada en la explanada municipal.

Con esa novedad me encontré al leer, como siempre, la edición digital de “El País”, aunque en ese momento me entró la duda de si –por error- había ingresado a una web dedicada al Teatro del absurdo o, en cambio, la red de redes me había hecho descubrir la trama del próximo film de Emir Kusturica.

Grande fue la sorpresa cuando mis ojos confirmaron que estaba en la web del centenario diario de los uruguayos y la noticia era tan real como la indignación que en mí despertó. ¿Será que soy demasiado truculento? En fin, de pequeño me llamaban “Maquia”, quizás ahí esté la explicación.

Como no fue suficiente vestir al David de celeste (Miguel Ángel: perdónalos, no saben lo que hacen) ahora -en un acto proselitista burdamente encubierto y que realiza un muy eficiente culto a la demagogia- se le va a rendir semejante homenaje a un entrenador que, objetivamente, sólo logró ganar una Copa América en 12 años de gestión.

Nadie puede dudar del gran trabajo que Tabárez hizo en relación a potenciar la infraestructura material y logística del proceso de Selecciones y que efectivizó un cambio singularmente positivo en cuanto al perfil de jugador seleccionable, pero…

Alberto Suppici y Juan López fueron Campeones del Mundo dirigiendo a Uruguay y afortunadamente hay una larga lista de deportistas múltiples campeones a nivel continental, pero se ha decidido inmortalizar en piedra a un hombre que solo dio una vuelta olímpica con la Celeste Mayor.

A su otra profesión, Maestro de Educación Primaria, Tabárez dedicó solamente un puñado de años y, desde hace 12, orienta a futbolistas que, en su mayoría, solucionaron su vida económica y -en algunos casos- la de sus hijos y nietos.

El Ing. Martínez -con claras ventajas para transformarse en el candidato del oficialismo para las elecciones de octubre de 2019- debería cumplir con dos tareas: por un lado, asesorarse mejor en cuanto a la rica historia del fútbol uruguayo y de los profesionales que regaron de gloria este suelo.

Y, por otra parte, ver más allá de la explanada municipal y recorrer la ciudad y el país para conocer de primera mano a las personas que consagran su vida a la educación, en particular, a aquellas que trabajan en escuelas “aprender”, Especiales y Rurales.

Esos docentes, muy lejos de las luminarias y de las marquesinas de los medios y de las agendas de quienes nos gobiernan, reciben día a día en sus aulas a alumnos que transitan por situaciones de absoluta vulnerabilidad, los contienen, los acompañan y los impulsan, tratando de modificarles su realidad, aunque más no sea durante el tiempo escolar.

Pero claro, esos trabajadores, para el Ing. Martínez y buena parte de la clase política, no son dignos de una escultura. Será porque su dedicación es anónima y se origina en espacios a los que el ‘establishment’ sólo llega cada 5 años en busca del voto salvador.
Rostros de piedra...

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