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El retiro

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@|Se fue de donde no tendría que haber estado.

En estos días, los medios periodísticos nos informaron de la renuncia de José Mujica Cordano a su banca en el Senado de la República, tras 28 años como político profesional, paradójicamente ocupando funciones en organismos que buscó “boicotear” mediante el uso de las armas con las que sembró el terror por una década.

Es decir, quiso sustituir a los gobiernos democráticos de la época, por quienes como él pensaban que de esa manera totalmente antidemocrática surgiría el “hombre nuevo uruguayo”; y no fue así.

Dejó en cambio muerte, sufrimiento, destrucción, saqueo y una incipiente división. Consecuencias que hasta nuestros días padece la sociedad uruguaya.

Sin embargo, la izquierda no considera que sus acciones hayan “violado” los Derechos Humanos y el “mito” se fue construyendo al igual que las mentiras repetidas mil veces, sin que sus acciones, junto a la de muchos otros que aún ocupan funciones de gobierno, tengan la condena social que las actitudes antirrepublicanas y antidemocráticas merecen. Y luego se “camufló” de político y llamó la atención con vestimenta de hombre “pobre” hasta que el premio le llegó y ocupó el más alto cargo del país.

No vimos nada de “revolucionario”, nada que significara un antes y un después en la vida del país. Salvo “chambonadas”, como suele decir y tristemente muy festejadas, o malos negocios para el Estado o resoluciones que significaron aumentos extraordinarios de salarios a un sector de la administración pública. Hoy se fue, sin pedir disculpas, de un lugar donde no tendría que haber estado.

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