Aclaración y concientización

@| La nota publicada hoy en El País: “Advierten por la resistencia de enfermedades sexuales en la región” es de enorme importancia sanitaria, aunque el título puede resultar engañoso. La resistencia que los microbios desarrollan frente a antibióticos y otros antimicrobianos, es un problema de gran envergadura y en aumento, en Uruguay y en todo el mundo, como bien señala la nota. Pero no comprende solamente a las enfermedades de transmisión sexual, o a la tuberculosis, ambas mencionadas correctamente en la nota, sino a todas las infecciones. Este último aspecto, aunque también mencionado, pasa más desapercibido.

Las organizaciones internacionales han señalado que si este problema continúa aumentando, tal como hacen prever las evaluaciones más serias, en pocas décadas la humanidad se encontrará indefensa, ya que el desarrollo de nuevos antibióticos no se acompasa al problema.
La génesis de la resistencia es propia de la evolución de los gérmenes, que se ajusta a la adaptación frente a amenazas (un mecanismo presente en todos los seres vivos y que es el responsable, entre otras cosas, de la evolución de las especies, incluidos los humanos). Los gérmenes pueden adaptarse a una velocidad imposible para los seres más complejos: animales y humanos.

En este grave problema la responsabilidad es de todos. Con esto me refiero a que los médicos utilizamos antibióticos muchas veces en forma indiscriminada, frente a cuadros que no son infecciosos, o como intento de prevención (que no resulta tal), o recetando sin indicación precisa, presionados por pacientes ansiosos, o por temor a que se nos reclame si “algo marcha mal”. Las personas, a veces sin consulta adecuada, se automedican, o aceptan la “recomendación” de amigos o familiares, de antibióticos que no son los adecuados o no son necesarios. También incurren en similares conductas los odontólogos y los veterinarios. Los farmacéuticos expenden antibióticos sin receta. Se venden antibióticos en ferias (robados). La lista podría continuar, pero es suficiente para dejar claro que se está agravando en forma más que alarmante el problema.
Señala también la nota que el próximo 6 de octubre se desarrollará una jornada dedicada al análisis del tema. La misma es organizada por las Academias Nacionales de Medicina y Veterinaria y cuenta con el muy valioso apoyo y participación de las representaciones en Uruguay de la OPS/OMS y del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, Los Ministerios de Salud Pública y de Ganadería, Agricultura y Pesca, las Facultades de Medicina, Química y Veterinaria de la Universidad de la República, el Colegio Médico del Uruguay, el SMU, FEMI, la Asociación de Química y Farmacia del Uruguay, así como miembros de las Comisiones del Senado de la República que tienen responsabilidad en el tema.
No será una jornada única, sino parte de una acción continuada, tendiente a generar insumos técnicos que apoyen a las autoridades para la implementación de planes que afronten el grave problema, así como producción de material de información y educación a la población, y otras medidas idóneas.

Las Academias Nacionales de Medicina y de Veterinaria organizan esta Jornada dentro de una serie de actividades colaborativas, iniciadas hace seis años, con el objetivo de atender a los grandes problemas sanitarios del país y contribuir a los esfuerzos oficiales para solucionarlos, en el entendido de que la salud humana y la animal son parte de un mismo universo, llamado internacionalmente “Una Salud”, ya que es más lo que aproxima a los desafíos de ambas áreas sanitarias que lo que las diferencia. Para ambas Academias, y seguramente para el resto de la Organizaciones involucradas, el papel de la prensa es trascendente. La población se nutre – y se educa – a través de los medios, lo que los vuelve aliados primerísimos en el esfuerzo por lograr la mejor salud posible para todos.