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Renuncia inesperada

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@|Ante la renuncia inesperada y lamentada por todo el espectro político y la ciudadanía en general del Ec. Ernesto Talvi a su actividad pública, quisiera rescatar algunas opiniones y hacer alguna reflexión al respecto.

Creo que hemos perdido un valor importantísimo en lo que atañe a conseguir un mejor futuro para todos, su aporte era indudablemente rico y fecundo, dada su preparación y capacidad de liderazgo. No en vano llegó hace dos años y poco a la arena política y logró enamorar a tantos, sobre todo jóvenes que vieron en él la oportunidad de hacer crecer el país hacia mejores horizontes de excelencia y aproximación a lo mejor del primer mundo.

Su participación en la Coalición de Gobierno al lado de una figura de la talla de nuestro Presidente Dr. Luis Lacalle Pou y de tantos otros que bregan por rescatar lo mejor de nuestros valores y tradiciones, dándole al mismo tiempo una impronta moderna y futurista a su accionar, era realmente de vital relevancia en este momento. Máxime luego de haberse destacado como un brillante canciller cuando le tocó "bailar con la más fea", rescatando a la gente del Greg Mortimer, condenados como estaban seguramente a morir en pleno océano, o rescatando a tantos uruguayos varados por el mundo.

Se levantan voces en este momento que cuestionan o condenan su actitud. Con toda la pena que me produce esta renuncia, prefiero, como dice el Papa Francisco, ponerme en sus zapatos sin juzgar.

Seguramente esta decisión no ha de haber sido nada fácil para él y aunque tantos esgrimen argumentos sobre las causas que la motivaron, solo él y su familia saben los motivos de la misma y ello exige de todos respeto y prudencia.

Por todo ello, deseo rescatar dos declaraciones de nuestro expresidente Sr. José Mujica Cordano, que se asientan en lo mejor de nuestro sentir humano y lo elevan por encima de los que se apuran a juzgar: "No tengo otra cosa que decir que figurativamente le doy un abrazo." Para rematar con: "Lo que pido frente a estos problemas es un poco de grandeza y no chusmerío".

Son estos los gestos de profunda compresión y humanidad que nos harán zurcir brechas y remar juntos en pos del gran Uruguay que soñamos, nuestro querido y mentado pequeño país modelo, en palabras del Ec. Talvi.

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