@|Creo que toda la ciudadanía debiera tomar consciencia del acto de patriotismo realizado por estos médicos con su renuncia en bloque.

¿Por qué digo esto?

Evidentemente, no se sintieron a la altura de las circunstancias.
En un momento de tal gravedad, de tan fuerte sensibilidad, de tal exigencia de compromiso con la sociedad y los pacientes enfermos a quienes ellos juraron defender desde Hipócrates a nuestros días, eligieron retirarse, abandonar el barco y dejarlo en buena medida a la deriva...

Creo que no hay motivo político o de disciplina partidaria que justifique esta actitud; no la hay, ¡no puede haberla!

La sociedad toda espera ver a su gente remangada, luchando con denuedo ante un enemigo común, desconocido, que no selecciona clase social ni franja etaria alguna.

Por suerte, son muchos los que así lo están haciendo, desde el sector sanitario, el social, buscando soluciones para los más necesitados sin conocer horarios ni cansancio y por supuesto, nuestro gobierno que no ahorra sacrificio y atención allí donde más se necesita.

Es por ello que hablo del gran patriotismo de este grupo. Sintió que no estaba a la altura de las circunstancias como ya lo expresé, que no era su momento (si no es este, ¿cuál será?, en fin...) para dejar de lado temas importantes, pero absolutamente menores, ante el desafío que se plantea hoy la comunidad toda.

Por todo ello, ¡decido felicitarlos!

Esa falta de compromiso no ayuda a nuestra sociedad en los días que corren y especialmente a nuestros enfermos que están luchando por curarse y no morir!

Fue de patriotas que prefirieron dejar sus puestos y abrir paso a otros médicos, que con su gran y generosa actitud, podrán y sabrán dar todo de sí en el presente.

Ellos no fueron capaces, hicieron bien en abrir “solidariamente” el camino para otros que ¡sí querrán, podrán y sabrán hacerlo!

Gracias por su desinteresado acto de patriotismo, ¡no nos son necesarios!