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Rebeldes sin causa

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@|He tenido el privilegio de escribir algunos conceptos en esta página tan noble, hace tiempo. Y siempre ha sido un impulso del corazón a veces lastimado.

Días atrás, vimos una manifestación en el Centro de Montevideo donde la queja hacia el Gobierno presente era dura e injusta.

Llamaban al actual sistema una dictadura sanitaria.

Primero digamos que estamos muy lejos de una dictadura. Sobre todo cuando las decisiones sobre el presente problema han sido bipartitas y también bajo consejo directo de un Grupo Neutro de Científicos.

Además, este grupo de compatriotas en su protesta están rompiendo reglas de protocolo, con lo cual se hacen responsables de todos los contagios que vendrán de su esencia como siempre ha sucedido.

Sabemos todos los uruguayos que los gobiernos en este caso tratan de hacer lo mejor por su gente y no importa qué partido esté en el poder. En esta patria artiguista siempre salió por delante el ejemplo que nos dejó nuestro héroe nacional en cada una de sus acciones.

En esta patria no tendría que haber lugar para que ciudadanos enfadados abusen, verbalmente y sin razón, a los que se están jugando su vida para salvar la de ellos mismos.

¿No sería mejor para todos, si en lugar de buscar razones inexistentes para no inmunizarse buscaran alguna manera de ayudar al resto de la población vulnerable como buenos compatriotas de una nación que es libre y se guía por el raciocinio, la capacidad y el sentido del respeto al prójimo?

¿Es que no se dan cuenta que al negarse a recibir las vacunas están causando más casos de contagio, más vulnerabilidad? Y también debo decirlo… más muertes de pobres personas que no pueden resistir este virus fatal, que hasta ahora solo tiene como combatiente la inoculación y el cuidado personal que no se vio en esta ocasión.

Queridos compatriotas han fracasado en su intento y en lugar de adherir algo de ayuda a la causa, han demostrado que están mal informados.

Millones han sido vacunados en el mundo hasta ahora y todo ha sido positivo y van salvando vidas todos los días.

Sería diferente si al no inocularse no se causara ningún mal a otras personas. Pero al contrario, al no hacerlo serán responsables de enfermedades ajenas y más tristemente aún, de la vida de otro uruguayo que perderá su vida por los errores ajenos.

Siéntense a pensar sin rencores políticos, abran su corazón pues la Patria los necesita más que nunca y todo esfuerzo es necesario pero, más que nada, el amor por los demás que están sufriendo.

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