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La reactivación urgente

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@|Ha sido una tormenta mundial inesperada que afectó las economías, el turismo, los servicios, diversidad de empresas y los estados emocionales de los habitantes del planeta.

Esta pandemia es parte de las numerosas que han acontecido desde el origen de las civilizaciones y el inicio de los intercambios comerciales, pero ha sido un sacudón inesperado que impactó a desprevenidos y conservadores, emprendedores y soñadores -con algunas pocas excepciones de beneficiados- y con frecuentes teorías de conspiraciones. Aun así, brindó positivos momentos para reflexionar y valorizar la naturaleza, el tiempo y los afectos.

El Poder Ejecutivo ha iniciado su navegación en estos mares de corrientes impredecibles con acertado equilibrio, ajustando las velas con cautela ante el cambio de vientos y soportando las frecuentes presiones de los “opinólogos” reclamando entre los extremos del cierre o apertura total. Con la elección de la mesura y los caminos del equilibrio, Uruguay ha sobrellevado la tempestad con madurez, manteniendo una buena imagen internacional.

Ahora, el desafío es cómo apoyar el mantenimiento de los puestos de trabajo, evitar el cierre de empresas y mantener viva la llama de las Pymes, de los trabajadores y creativos y su autoestima, en un mercado con un abrupto faltante de liquidez, que solo en el rubro del turismo quedó herido en cientos de millones de dólares, afectando a todos los bienes y servicios colaterales.

La cara positiva es el clima de numerosos extranjeros que mencionan su interés en mudarse a residir todo el año en Punta del Este, logrando, por accidente natural, el inicio del consumo y de temporadas de doce meses, que se consolidarán si se apoya la conectividad eficiente y de bajo costo a través de combustibles subsidiados a toda compañía que nos conecte en baja temporada.

El desafío es: ¿Cuáles son los planes de reactivación y apalancamiento tipo “puente” hasta que regrese la luz y se normalice el consumo? Estados Unidos, varios países de Europa y otros continentes, están implementando planes de reactivación urgentes, con expresa recomendación del Fondo Monetario.

Imagino a todas las intendencias y organismos públicos haciendo un llamado a empresas y ciudadanos, pidiendo proyectos para que los técnicos del Estado los viabilicen. Imagino a los bancos llamando a todos sus clientes ofreciendo líneas de crédito de acceso fast track con formatos de leasing a tasas bajas y plazos largos con estrictas condiciones de cumplimiento y garantías reales, y el Gobierno apoyando con desregulaciones y condiciones. Imagino al Estado volcando un crédito internacional en el plan de reactivación de las Pymes y nuevos proyectos de apoyo a la mano de obra y producción nacional. Imagino a las Afap invirtiendo parte de sus grandes capitales en proyectos viables. Imagino a toda la educación pública y privada con un plan de evolución creativa, capacitando jóvenes y exalumnos en todo lo vinculado a las nuevas demandas del mercado laboral. Imagino a los ciudadanos soñando e implementado proyectos generadores de puestos de trabajo. Imagino a los gremios aportando ideas constructivas de emergencia y proponiendo una flexibilización circunstancial para dinamizar. Imagino a organismos como el Sucive facilitando con las fechas de pago de las patentes, y sigo imaginando, hasta que me despierta el amanecer.

¡Despertemos, uruguayos!

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