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Protocolos discrecionales

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@| Subvertir la legalidad, es un instrumento de la corrupción del Estado. Proselitismo nefasto, clientelismo obsceno, nepotismo oscuro y tráfico de influencias indecente.

El Frente Amplio como partido es el más novel de los que poseen arraigo. Sentó sus bases fundamentales en críticas a partidos fundacionales, expresando dosis de corrupción que eran acotadas, pero como dispuso de coyunturas favorables como la crisis importada del 2002, encontró a población descontenta con dificultades y se dedicó a fogonear contra el gobierno, desde privilegiar el default castigando aún más a la población desprotegida. Las políticas sugeridas para la crisis de Batlle, fueron ignoradas por el presidente y Atchugarry que continuaron con soluciones pragmáticas, adicionadas por el talento de los interlocutores del gobierno. Batlle el político más avezado y honorable, supo ofrendar su experiencia para alentar soluciones que finalmente llegaron.  

A posteriori, el oscurantismo del gobierno frentista, posibilitó un electorado cautivo y al amiguismo, se transformó en infartante para la economía del país. Insertó al pueblo en experimentos populistas, similar a países extinguidos o en vías de destrucción. Los procedimientos llevados a cabo, dada la singularidad de privilegiar a amigos, votantes y familiares con nombre y apellido, han hecho de la política, un recurso para obtener empleo público desatendiendo la moral y la ética, imprescindible para generar la igualdad de oportunidades para los ciudadanos, que es lo que la ley dispone. Todos los emprendimientos nuevos avalados por el gobierno han comprometido las arcas del estado, al generar pérdidas de muy difícil sustentación, si no existiera el esfuerzo de trabajadores, jubilados, productores, industriales, comerciantes y todo aquel que posea un ingreso por menor que sea.  

La honestidad de los gobernantes, no se expresa a viva voz, sino se demuestra con actitudes gubernativas, que establezcan la igualdad de oportunidades para toda la ciudadanía, que se contemple la necesidad de cada organismo que haga la solicitud de trabajo. Pero lo fundamental era y es, si el volumen impresionante de nuevos funcionarios públicos, ¿eran necesarios? ¿O estamos ante casos de abuso de funciones?

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