@|No pasa un día y a cualquier hora, sin que suene el teléfono donde nos saluda una voz, muchas veces de acento caribeño, que nos quiere poner en contacto con un banco de plaza… o alguna encuesta. 

Es una intromisión indebida a nuestra intimidad y personalmente me induce a detestar profundamente a la empresa que se publicita de este modo. 

Interrumpen a una persona que puede estar ocupada en mil cosas, que puede estar en un momento duro, doloroso, que puede estar esperando ansiosamente la llamada de un ser querido. Es un verdadero atropello al derecho a la intimidad, al descanso, a la paz; debería prohibirse por ley.
El hogar es un sagrado inviolable; así debería rezar para todos estos invasores a quien nadie controla.