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Pretenden diluir responsabilidades

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@|Si por algo se han caracterizado distintos y encumbrados actores políticos de este Frente Amplio (que ya cursa su último año de su tercer período de gobierno) es por pretender diluir sus responsabilidades.

En forma permanente, se han encargado de justificar lo injustificable, y de banalizar situaciones, tal vez con la pretensión de ocultar sus propios desaciertos o lisa y llanamente, para mostrar que “son otros quienes tienen la culpa”.

Así, con generalizaciones, calman su consciencia y se dirigen a la población, subestimando muchas veces la percepción que puedan llegar a tener.

De esta forma, se justifican los asentamientos, la gente durmiendo en las calles, el consumo de drogas, la basura, la inseguridad y como no podía ser de otra manera, hasta los procesamientos judiciales.

No llaman a las cosas por su nombre y hacen un elástico uso del idioma, sin cuidarse del mal que ocasionan en quienes escuchan sus comentarios. Pues el mensaje muchas veces contradictorio, ocasiona paradojas y en otras oportunidades la “defensa” que hacen de lo indefendible, resulta hasta pueril, y muy poco creíble.

Pero el daño está hecho. Los valores están siendo subvertidos de esa forma, y los efectos se han podido constatar.

A modo de ejemplo signifiquemos que los asentamientos han aumentado, las personas en situación de calle se suman por miles, el consumo de drogas se ha incrementado (y lo que es peor, la percepción de la población de que no es un problema para la salud consumirlas, se ha extendido) la basura en las calles… y se siguen justificando estos problemas atribuyendo “a la sociedad de consumo”, o genéricamente “a la sociedad” la culpa de todos esos males. Campeones del esquive, los responsables del gobierno, no encaran los problemas que en todos los ámbitos se han planteado, pese a todo el poder con que han contado y de los recursos del presupuesto que, destinados a esos planes, han demostrado su ineficacia.

Paradojalmente, luego de una exitosa campaña antitabaco, se aprueba el cultivo y el consumo de la marihuana dentro de ciertas reglas, lo que resulta una contradicción flagrante.

El problema del consumo de drogas, no puede justificarse alegremente, como producto “del consumismo” o de la “sociedad”, es mucho más profundo. No se ha dado una solución a este flagelo. Ni se ha dispuesto de una campaña pública anti drogas.

La basura que se desparrama en nuestra capital, no indica un bienestar fruto del “mayor consumo”, sino por sobre todo, la ineficiencia en la recolección y su reciclaje. Grandes capitales del mundo desarrollado, no tienen los problemas de Montevideo en este punto.

¿Es este el “país de primera” y el “país productivo” que nos prometieron? Ciertamente no.

Pero lo que colmó el vaso fueron las justificaciones frente a los procesamientos judiciales. Allí se volvió a insistir con “la buena fe”, la “grandeza”, “las dos bibliotecas”, hasta la “falta de pruebas” o que “fueron errores” de los implicados, cuando fueron hallados culpables de conductas penalmente reprobables.

Duro es comprobar que los responsables de este gobierno, han dado señales muy contradictorias a efectos de que predomine lo político sobre lo jurídico. Y los altos funcionarios públicos hoy procesados, como el ex Vicepresidente de la República, el ex Ministro de Economía, el ex Presidente del Banco de la República, el ex Diputado vinculado a Envidrio, manejaron la cuestión pública como si fuera algo propio y con total descaro se saltearon el orden jurídico que los regía y causaron daños al patrimonio de los uruguayos, aún sin cuantificar totalmente.

Ya es tiempo de cambiar.

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