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Prácticas del gobierno

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Coartando libertades

@|En los últimos tiempos el gobierno ha comenzado con un práctica que es familiar a las dictaduras y a los sistemas totalitarios; consistentes en combatir las discrepancias mediante la intimidación. Esta especie fue de uso habitual en los sistemas totalitarios del Este de Europa, que fue común a varias dictaduras de Latinoamérica y que todavía subsiste como moneda de uso corriente en Cuba y Venezuela. 

Ignora o quiere ignorar el gobierno que en situaciones de libertad, en democracia, las diferencias de opinión se procesan a través del diálogo respetuoso sea en el ámbito público sea a través de los medios de comunicación sea en el trato cordial entre las personas. Cuando desde el poder se sustituye esa instancia por la presión extorsiva que tiende a descalificar los argumentos descalificando la situación patrimonial o jurídica o tributaria de la personas, estamos no ya ante una mera falacia de la lógica, la falacia ad hominem, que lo es, sino que ante algo mucho peor; estamos ante el desborde de la prepotencia. 

Esto nos preocupa porque no es que afecte meramente al derecho de la personas; afecta al imperio del Derecho propiamente dicho, afecta a la ocasión que tenemos los ciudadanos libres de discrepar, de plantear con libertad nuestras ideas de plantear con libertad nuestras críticas. Se hiere directamente la lógica, el espíritu y el contenido dinámico de la democracia. La acción del gobierno ventilando datos personales de las personas que discrepan con él es una acción que subvierte el Estado de Derecho, que lastima profundamente las bases de confianza, y el sistema de garantías sobre el que se basa nuestra convivencia pacífica. Es una forma de declararle la guerra a la disidencia, de hacerle la guerra a los que se atreven a pensar diferente a los que no comulgan con las posturas del Frente Amplio. 

Y es, aunque se maneje con gestos de aparente moderación un acto nervioso; un acto que demuestra intranquilidad ante el crecimiento generalizado del disgusto respecto de las conductas y de las políticas que viene llevando el gobierno. El río suena, y al cordero se le está cayendo la piel…

La publicación de información sobre el colono que discutió con el Presidente y la filtración de los antecedentes del padre al que el Mides le negó refugio con su hijo luego que este hablara en los medios, no sólo es un agravio contra esos individuos sino que es una amenaza contra todos los habitantes, una amenaza a lo más sagrado, a la libertad de expresarnos.
Para los batllistas, que estamos desde siempre en la primera línea de la defensa del estado de derecho, lo que estamos viviendo hoy es decididamente alarmante, constituye una amenaza a las bases sobre las que los uruguayos desde siempre hemos elegido convivir. No aceptamos y no podemos permitir que se utilice el poder que el pueblo le confió a sus representantes para ir impunemente, como ocurre ahora, contra los derechos de las personas.  

Es grave y merece la alarma de todos los que creen y defienden la democracia, cualesquiera sean sus preferencias políticas.

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