@| Con 44 kilos de residuos plásticos creados por persona por año, un inmediato cambio de comportamiento es imprescindible. En otras palabras, tenemos un problema “plástico” y los ambientalistas nos recuerdan que la lucha tiene que empezar por alguna parte.

Estoy en una cruzada este verano en Punta del Este, y las pajitas son mi objetivo. La mayor parte del plástico se convierte en basura luego de un solo uso. Esas pajitas acaban en el mar, una pieza más en el llamado Gran Parche de Basura del Pacifico, un iceberg de mas de 79 miles de toneladas flotando en el océano.

Solamente el 9 por ciento del plástico se recicla. Cada uno de nosotros “tiene” la responsabilidad de proteger nuestros océanos del flagelo del plástico. Hoteles, restaurantes y bares deben de ser los líderes en esta lucha, reemplazando con pajitas de papel biodegradable o elegantes pajitas de bambú. Los hoteles en Francia ya están cumpliendo con la nueva ley en vigor al respecto.

Otras propuestas de amplio alcance están siendo consideradas en el Reino Unido y el resto de Europa. Si son aprobadas, esas propuestas significarían la prohibición a partir del 2020, no solamente de pajitas sino también cubiertos, cotonetes, vasos y platos de plástico.

La Reina Isabel II ha prohibido todas las botellas y pajitas de plástico en las fincas reales… Aquí en Uruguay debemos hacer lo mismo: ¡reducir…reutilizar… reciclar!