Publicidad

A los que hacen Patria

Compartir esta noticia

@|Aquellos que peinan canas y quienes ya ni canas peinamos, recordamos muy bien la década de los 60, en donde reinó el caos originado por las revueltas y el accionar terrorista del grupo guerrillero Tupamaro.

Esto nos costó a todos los uruguayos, soportar una dictadura que se implementó a partir del año 1973 hasta el 1985.

Una izquierda sin escrúpulos, aprovechándose del “idealismo romántico” propio de la juventud, los usaron como carne de cañón para llevar adelante una seguidilla de desvanes y medidas de fuerza.

Hoy, con la misma consigna provocativa para lograr victimizarse ante la sociedad y generar caos y malestar con el gobierno, vuelven a emplear la misma táctica seduciendo a jóvenes con falsas consignas “idealistas” y circo mediante, para realizar actos ilegales.

En su accionar, atropellan los derechos de una mayoría de docentes y alumnos que sólo quieren dedicarse a lo que les corresponde, que no es otra cosa que enseñar y aprender.

Estos jóvenes reconocen y agradecen el esfuerzo que el país entero y la mayoría de los docentes hacen para poder brindarles una educación gratis. Son conscientes y saben que no pueden perder el tiempo, porque conocen el sacrificio que sus familias y ellos mismos hacen para poder lograr su vocación y crecimiento personal.

A estos jóvenes les hablo. No se dejen engañar por un grupo de falsos “líderes” que se presentan como estudiantes, cuando en realidad son sólo “gremios” funcionales a la ideología de izquierda.

Es muy sencillo reconocer sus perversas intenciones, porque reclaman por una mesa de diálogo, pero por el otro llaman a la lucha. Es claro que “lucha” se asocia con el uso de la fuerza bruta, las trompadas, pedradas, peleas, etc. que nada tienen que ver con un diálogo constructivo.

Por ustedes y por el País, manténganse firmes en sus objetivos y no permitan ni apoyen a estos grupos de políticos partidarios mal llamados “gremios”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad