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Patología histórica

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@|Es indudable que el comunismo o socialismo (son la misma cosa) tuvo su origen en el oprobioso régimen al que eran sometidos los plebeyos por parte de antiguas monarquías y señores feudales. 

Fue algo primario. Aquel “statu quo” explotó como una ineluctable bomba de tiempo sin necesidad de apoyos ideológicos salvo las arengas desesperadas de líderes que brotaron espontáneamente, empujados por la inmediatez acuciante del sufrimiento. Entonces, las plebes actuaron sin medida en razón directa a su incultura y volcaron todo su odio en las abyectas acciones que registra la Historia, al mismo tiempo que conquistaban derechos naturales que nunca habían tenido. Excepto en la revolución bolchevique, donde sí hubo manejo ideológico; pero en rigor nunca adquirieron ningún derecho.  

Hoy, estamos asistiendo a la paulatina reinstauración de una plebe sustancialmente diferente. Hoy, el Frente Amplio, los actuales señores feudales (que ya no viven detrás de murallas pero aplican diezmos iguales o peores que los antiguos) en los hechos, al permitir al parecer deliberadamente el aumento exponencial de la delincuencia está formando una plebe votante que, llegado el momento podrá tomar en asalto armado final la propiedad ajena y el resto de los derechos de la gente, a la que el gobierno quiere desarmar previamente. ¿Es exagerada la idea? Las ocupaciones de viviendas practicadas por criminales con expulsión de sus dueños: ¿no serán movimientos de tentativas preparatorias para un futuro más ambicioso? 

El Señor Ministro del Interior tiene el descaro de decir que siempre hubo delincuencia. Es cierto. Es parcialmente “inherente” a la condición humana. ¿Pero lo es con la medida actual de criminalidad? ¿Cuánto tiempo hace que no se ve a las familias sentadas en el frente de sus casas en las noches calurosas? ¿Desde cuándo empezamos a quedar presos de nuestras propias rejas? Nunca se sufrió antes este nivel delictivo. 

El punto de inflexión está determinado por uno de los primeros actos que el Frente Amplio realizó al tomar el poder: la liberación de muchas centenas de delincuentes que estaban en la cárcel. No existe ni existirá una motivación que justifique tamaña aberración inmoral. Según opinión técnica autorizada, la posibilidad de regeneración de reclusos es de un porcentaje ínfimo, razón por la cual deberían estar presos el mayor tiempo posible siendo necesario incluso el aumento de las penas y una buena inversión en la reforma integral del sistema carcelario. 

Pero el Frente Amplio optó por aumentar su caudal electoral, ya que el mismo según su propia convicción, tiene una sustantiva mayoría de inseguros votos flotantes procedentes del Partido Colorado. 

Por otra parte, mete miedo que, la propia democracia haya posibilitado el advenimiento del embrión comunista al útero de la Sociedad. Es indispensable que los partidos tradicionales ejerzan su mea culpa proyectándola hacia una autoevaluación revisionista de las actuaciones que ocasionaron el voto castigo. Pero debe hacerse con un gran énfasis de comunicación al pueblo, lo cual no está sucediendo.  

El comunismo es una enfermedad. Se comienza con la frustración, se sigue con la envidia y el resentimiento, a continuación el odio y por último la venganza. ¿Las causas? Muy pocas veces tienen que ver con la fórmula capital-trabajo-calidad de vida. La principal es la ignorancia de los militantes abajo, y de los seudo intelectuales arriba canalizando estos últimos su ocio hacia su apetito de notoriedad, figuración y poder. La ecuación pretendida está referida esencialmente a la posesión del capital: tienen= tengo o debo tener. ¿Distribución de la riqueza o salarios adecuados? ¿Empresas capitales e inmuebles convertidos en bienes sociales o derecho de propiedad? Estos son los dilemas planteados tácitamente por la izquierda a los uruguayos. (Y uruguayas, ¡faltaba más!). 

Y por último, tenemos la bizarra postura frentista de oponerse a todo intento de que el Uruguay tenga tratados de libre comercio con el resto del mundo. ¿Pretenden convertir al país en un gueto similar a Cuba o Venezuela? No sorprendería que intentaran implantar algo similar al muro de Berlín. 

Estos casi 15 años de despilfarro, corrupción, incapacidad e intentos de confiscación general, han dado la pauta al pueblo de que casi siempre el voto castigo tiene un altísimo precio aunque haya contribuido a la dolorosa maduración del votante. Y los partidos históricos deberán imbuirse ya, desde hoy, de que si desalojan al Frente Amplio deben renovar totalmente sus propios figurines para que no regrese más el comunismo al poder.

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