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¿Qué pasa en Venezuela?

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@| Entender lo qué pasa en Venezuela es cada vez más complejo para quienes miran desde afuera. Para entender, empecemos por el evento del 20 de mayo de 2018 invocado por Maduro como fundamento que le habilita a ser presidente para el siguiente periodo constitucional que inició el 10 de enero de este año.

Aquello no fue una elección en términos democráticos, por varias razones a saber: fue convocada por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que carece constitucionalmente de competencia para hacerlo (corresponde al Consejo Nacional Electoral). Pero aún bajo la tesis de que la ANC está por encima de todo poder constituido hay que recordar que aquella fue convocada también con fraude a la Constitución, a la sola invocación de Maduro, sin consultar al Cuerpo Electoral. Tampoco contamos con observadores internacionales plurales, ni con la participación de la oposición de alguna forma (el candidato que se presentó como “opositor” en realidad es un viejo aliado del chavismo), no se permitió la actualización oportuna ni la necesaria auditoria del Registro Electoral y tampoco tuvimos garantías mínimas de imparcialidad por parte del organizador de esos comicios. La propia empresa proveedora de las máquinas de votación advirtió el fraude en la manipulación de la data procesada.

Pero lo que es peor, la experiencia ha dejado claro que Maduro no reconocerá en la práctica los opositores que resultaran elegidos para cargos públicos aún por encima de todas las dificultades mencionadas. Así lo hizo con Alcaldes, Gobernadores y Diputados, apresados en ejercicio de sus funciones o con el propio Parlamento, a quien desconoció en la práctica con un artilugio quijotesco, fabricado por quienes detentan las magistraturas en el Tribunal Supremo de Justicia. Aquellos magistrados fueron elegidos por el Parlamento anterior, dominado por el chavismo, cuando ya habían cesado sus cesiones y escogiendo como futuros magistrados a sus propios Diputados.

El referéndum revocatorio también fue bloqueado por Maduro, creando requisitos adicionales a los impuestos por la Constitución. En aquel entonces la oposición asumió el reto de cumplirlos con tal de llegar al referéndum que era la vía constitucional para resolver la crisis. No obstante, el brazo judicial de Maduro mediante una pretendida sentencia, también anuló ese camino en los hechos.

El artículo 233 de la Constitución de Venezuela habilita al presidente del Parlamento a asumir provisoriamente las funciones del Ejecutivo, a su vez los artículos 333 y 350 imponen a todos los ciudadanos investidos o no de autoridad el deber de colaborar en restablecer su vigencia y el derecho a desconocer cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.

El actual presidente del Parlamento, ha asumido las competencias del ejecutivo habilitado por una disposición de la Constitución, pero lo más importante, habilitado por un sin número de ciudadanos que han participado masivamente en Cabildos Abiertos –figuras contempladas en la Constitución de 1999- impuestos del deber y el derecho de restablecer la democracia. Se pide: 1) cese de la usurpación, 2) gobierno de transición y 3) elecciones libres.

Quizá parezca confuso el camino pero lo que sí es muy claro es el hartazgo y la angustia de los venezolanos que padecemos los desmanes de una dictadura que nos expulsa de nuestro suelo, arruina nuestro presente y asesina nuestro futuro.

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