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Pacheco Areco, a 20 años de su partida

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@| Un 29 de Julio, partía el gran presidente de los uruguayos Jorge Pacheco Areco. 

Con su estilo y su firmeza, nos comprometemos en las próximas elecciones recuperar nuestro estilo de vida y nuestros valores. Le daremos una dura batalla a la anarquía, a la corrupción, al terrorismo de Estado, a los saqueadores del Estado. Se acabaron los discursos maquillados, la oposición maquillada y los atropellos a las decisiones populares.
Resumo la presidencia de Pacheco en el siguiente mensaje que Pacheco diera a su pueblo el 11 de setiembre de 1971 y que lo hago mío, con la firme promesa de accionar de la misma manera:

“Hombres y mujeres que cada día, con vuestro trabajo honrado, hacéis la grandeza de la República... Os hablo como vuestro presidente, elegido de acuerdo con las tradicionales normas de la democracia uruguaya... Mía es la conducción del Estado, mías son las decisiones que he estado tomando, muchas veces solo, para defenderlos de la violencia, la inflación, el descrédito internacional en que estaba el país y la delincuencia económica.
Hoy me presento ante ustedes para decirles que, más que nunca, me considero responsable no solo de la conducción de la nación hacia la paz y hacia el bienestar, sino que, sin ningún intermediario, me propongo con renovado ardor llevar adelante las soluciones que imponen las nuevas circunstancias que tengo que afrontar...
Desde ahora y más que nunca, mía y solo mía serán lo repito, la conducción, las decisiones y la responsabilidad de las mismas.” 

Presidente Jorge Pacheco, Cadena de radio y televisión, 11 de setiembre de 1971. 

El discurso de Pacheco refleja claramente su estilo firme y su afán de consolidar una democracia sin terrorismo.  

Se dirige a la población en general, pero apoyándose especialmente en los valores productivos de la clase trabajadora, “con vuestro trabajo honrado”, a la que considera como la base de el país y a los que protegió durante todo su mandato. 

En el resto del mensaje se centra en su figura como presidente, como protector de la nación, humildemente destaca el trabajo que concretó para “resolver” los problemas que poseía la patria. Alude reiteradas veces a que él es el único responsable de la conducción del Estado, reforzando su responsabilidad y no delegando en nadie sus acierto o sus errores, el pueblo sabía donde estaba el poder y que no estaba diluido en el “nosotros” y lo siente como su protector, cuando el mismo se carga de la responsabilidad de la conducción a la paz y el bienestar.

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