@|Eso sentí al ver desde el puerto a Ernesto Talvi, nuestro Ministro de Relaciones Exteriores. Orgullo sincero, una cálida sensación de esperanza, de pertenencia, que creo, nos abrazó a todos. Vemos a un buen tipo, un gran tipo, un hombre que no teme mostrar su emoción, un hombre al que se le quiebra la voz cuando narra las peripecias vividas en el proceso de repatriación vía corredor humanitario. Corredor del que somos inventores, creando una vez más esa magia por la que se nos conoció siempre en el mundo.

Eso quiero para mi país, eso quiero para esta contingencia, ese es el tipo de gente que compone este gobierno, mi gobierno, el gobierno de todos.
“Gracias Uruguay”, escribieron los pasajeros improvisadamente en una sábana blanca que agitaban saludando, entusiasmados desde el barco, antes de ser trasladados al avión que los llevará por fin a sus hogares.

¡Gracias Ernesto Talvi!, te decimos con orgullo todos los uruguayos; gracias por devolvernos la humanidad sincera, la emoción auténtica, el nacionalismo puro, gracias por este nuevo Uruguay que se viene, porque esto va a pasar y el país, igual que el “azul”, queda.